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domingo, 13 de mayo de 2012

Un encuentro imprevisto en los mares del Ártico

Flota FSA desplegada en tres líneas. Enterprise y Saratoga
Este viernes mi compañero y amigo Jaume del Somatent y yo jugamos una partida de Dystopian Wars con la intención de probar unidades nuevas y cogerle el truco a algunos puntos del reglamento que no quedaban nada claros. Para ello elaboramos listas a 1000 puntos y pusimos nuestras armadas prestas para sacudirse de lo lindo. Salió una partida entretenida, sobre todo para el americano, pero el escenario abierto casi sin coberturas hizo imposible probar los abordajes.... El prusiano no pudo pasar del centro de la mesa. Un error que subsanaremos en breve jugando a lo ancho y no a lo largo; ésto igualará la partida y aumentará las opciones de victoria del prusiano. Sin más dilación os dejo el informe y unas fotos.

El Almirante de la Primera Flota de los Estados Federados de América (FSA) escrutaba el horizonte con la mirada perdida. El Alto Mando había enviado a la Armada de John Segura al centro del océano, lejos de cualquier isla, lejos de cualquier superficie terrestre. ¿Con qué objetivo? Se preguntaba John. Sus superiores le habían explicado que aquel punto alejado de todo era vital para las rutas de comercio de contrabando prusiano. Los convoyes mercantes y las flotas de guerra transitaban frecuentemente por mar abierto, bien alejados de la costa para evitar que la poderosa aviación de las FSA los atacase mientras se desplazaban a sus colonias en Alaska (conquistada gracias a una hábil operación aerotransportada que cogió al ejército americano por sorpresa).

Big Sam planeaba retomar aquel territorio inhóspito rico en recursos y, acabar de una vez por todas, con una base capital para las operaciones prusianas en el Ártico. Éstos hostigaban con flotillas de destructores las poblaciones costeras más pequeñas. Para llevar a cabo la operación de reconquista era necesario asegurar el dominio naval en aquellas aguas y enviar al fondo del mar la mayor cantidad posible de buques de guerra del V Reich. Pero llevábamos una semana en aquel lugar y no habíamos visto nada... El Almirante John dudaba que la flota prusiana entablase combate en mar abierto pues la superioridad de la aviación y la gran potencia de los misiles de los colosos de guerra de las FSA no tenía parangón. Aun así, órdenes eran órdenes...

"Capitán Spears! Ordene a todos los oficiales de navío que formen en posición defensiva".

La flota americana llega a su posición

Un gran número de fragatas Augusta y destructores Guilford prepararon una barrera para proteger a los buques de mayor tamaño. La nave insignia Enterprise paró máquinas y se puso de lado para aprovechar toda su potencia de fuego. El portaviones Saratoga se situó a su derecha y el cielo comenzó a llenarse de aviones de reconocimiento que salían y entraban. Escrutaban los oceános en busca de un enemigo que no aparecía por ningún lado. Los acorazados de las FSA cubrían el flanco izquierdo del Enterprise y una flotilla de Springfields rodeaban al Saratoga para darle cobertura antiaérea. John Segura activó una unidad nueva, los John Henry. Poderosos cazadores aéreos que darían soporte a los cazas torpederos. Los días siguieron pasando; ¡Pero ni rastro del enemigo! Tres días mas tarde un avión de reconocimiento trajo noticias: Una imponente flota prusiana se dirigía a la zona aunque por su rumbo no parecía enterada de nuestra presencia.

Los americanas se preparan para entrar en combate
No tardamos mucho en atisbar, desde el puente de mando del Enterprise, a los primeros cruceros de batalla apoyados por un hervidero de veloces destructores. Llevaban un portaviones y un gran acorazado además de bombarderos y un colosal zepelin de combate... Aquella bestia daría problemas si llegaba hasta nosotros. Se trataba de la Tercera Flota de la Kriegsmarine al mando Jaumen Von Ribeus. Al final el alto mando iba a tener razón pero, "¿Qué hacen? ¿Están locos?". Los prusianos viraban hacia nosotros y avanzaron a toda máquina. No les hacía gracia nuestra presencia allí y eso corroboraba que el control de aquellas aguas era capital para Prusia. Había que acabar con su hegemonía a toda costa. John aprestó a sus fuerzas: "¡Prestos los cañones y los lanzacohetes! Venid! Os acercáis a una muerte segura!".

La flota alemana se encara hacia el enemigo
Von Ribeus escuchaba en el puesto de mando la arenga de Freddy, comisario político del Reich alias el Tío del Tiger. "Amerrikanen tramposen, Nein!, Nein! Ellos no pueden estarrr ahí! Sucios pirrrratas repletos de arrrmas trramposas que atacan a distancia como los cobarrrden....Ribeus esa flota debe serrr destrrrruida YAAAAAAA!". Von Ribeus no lo veía claro, es cierto que aquella flota era una seria amenaza para los intereses prusianos pero....el fuerte de la armada prusiana era el combate a corta distancia y sus naves deberían recorrer una gran distancia a mar abierto expuestos ante la superior potencia de fuego y aérea de las FSA. Aún así, los comisarios políticos tenían una influencia enorme en el Gran Mariscal Von Jismark. Ponerse en contra de uno podía significar el final de cualquier carrera militar. Ribeus no tenía otra opción: "¡Zafarrancho de combate y a toda máquina!".

Los prusianos se avalanzan a toda máquina sobre los americanos. Saben que si no logran acercarse rápido lo pasarán mal pero quizá ese avance tan feroz provocó una ataque escalonado y débil todo lo contrario a lo que necesita la flota prusiana
Los pequeños destructores se lanzaron enfurecidos hacia la primera línea americana escupiendo obuses mientras el resto de la flota avanzaba cubierta por la cortina de humo que dejaban los cañones. John Segura miraba boquiabierto aquella temeridad. Los destructores enemigos avanzaban tan rápido que dejaban atrás a los buques más pesados. Aquello iba a ser un tiro al pato. Los destructores prusianos se acercaban muy rápido y lanzaron una andanada a distancia 3 que dejó impactos superficiales en alguna fragata Augusta de primera línea, pero el contraataque americano fue devastador. Del Enterprise, los acorazados y los destructores Guilford comenzaron a silbar miles de cohetes. Los cañones de las Augusta rugieron y sembraron de destrucción el avance prusiano.

Los destructores prusianos son duramente castigados

La primera línea es aniquilada por los cohetes y los cañones de las FSA
El ochenta por ciento de los destructores prusianos fue barrido en la primera oleada de fuego. Los antiaéreos lograban derribar algunos cohetes pero había tantos que rápidamente superaron la capacidad defensiva alemana. Trozos de buque saltaban por los aires mientras las Augusta perforaban los cascos con sus cañones. Los pocos supervivientes devolvieron el fuego hundiendo una fragata americana y algún avión torpedero. Flotas de cazas y torpederos se avalanzaron desde la retaguardia y las pistas del Saratoga sobre la maltrecha línea prusiana para mandar al fondo del oceáno a los pocos destructores que quedaban.

Sin la pantalla de destructores las unidades más valiosas de Prusia quedan a merced de los aviones americanos

Sin embargo eso no disuadió a los prusianos. Ribeus se tapaba la cara ante lo que iba a ser un auténtico desastre pero el Tío del Tiger estaba cada vez más excitado. "Tramposos cobardes, seguro que tienen los dados trucados!!! A por ellossss por el Reich". Ribeus lo miraba de reojo con desdén pero... no tenía muchas opciones.

Los prusianos aún tenían su buques medios y pesados intactos pero la pantalla de destructores había sido barrida. John sabía del peligro de sus teslas así que evitó acercarse. Los americanos crearon una zona de muerte a base de misiles de distancia 3 y 4 que dió resultado. La aviación prusiana se lanzó al ataque: una escuadra de bombarderos y una de cazas avanzaron para derribar a los torpederos y fighters enemigos que se avalanzaban sobre los bombarderos pesados prusianos. En una hábil maniobra, los pilotos de una escuadra de torpederos esquivaron a los cazas prusianos y descargaron toda su potencia sobre un bombardero pesado que se desintegró en un abrir y cerrar de ojos. Los cazas americanos evitaron el combate con sus homólogos prusianos y se avalanzaron sobre el gran Zepelín, muy desprotegido. Aún así el devastador coloso prusiano hizo escupir el total de sus armas sembrando el cielo de chatarra volante americana.

Los cazas desintegran un bombardero y se lanzan contra el Zepelín. Éste se defiede con todo causándoles graves pérdidas pero aún así, consiguen traspasar sus defensas
Aún así, y contra pronóstico unos cuantos cazas lograron traspasar las defensas y asestarle severos daños en las lonas de flotación. "Esos tíos se han ganado una medalla" gritó John lleno de júbilo. Pero el titán aéreo aún no había mordido el polvo. Envuelto en llamas seguía avanzando. En ese momento el Almirante de las FSA lanzó al ataque sus armas secretas: Los cazadores aéreos John Henry, poderosos robots de combate con una potencia de fuego devastadora. Sus cañones ametralladores descargaron toda su potencia de fuego sobre el Zepelin prusiano haciéndolo reventar en mil pedazos. El terror se hizo dueño de la tripulación y de los miles de soldados de asalto que esperaban su turno de abordar algo. Los gritos de los prusianos ardiendo y muriendo en aquel infierno de llamas se elevaban por encima del sonido de los cañones. La fortaleza aérea se desmoronó sobre el mar y éste la engulló rápidamente mientras los John Henry descargaban sus mortíferos misiles sobre un gran robot marino prusiano.

El orgullo del Kaiser es derribado y con el miles de soldados de asalto. Muchas y valiosas vidas se perdieron ese día
Los cohetes, con el apoyo de una flotilla de torpederos, no lograron acabar con aquel amasijo de metal aunque dejaron su armamento muy dañado y también su capacidad de movimiento. Una nueva andanada de misiles y proyectiles de la Primera Flota de las FSA se cebó con los buques medios prusianos hundiendo uno y dejando otro muy maltrecho. En el puesto de mando del  Acorazado de Batalla Spiegel, el Tío del Tiger vomitaba salivajos con los ojos fuera de las órbitas: "¡Nein, nein, cambiadles los dados a esos tíos; tienen demasiada puntería seguro que hacen trrrrrrampen".

"Mariscal Ribeus, podemos hacer que parezca un accidente, si seguimos las órdenes del comisario acabaremos todos muertos...¡Esto es un suicidio!". El asistente susurró estas palabras al oído de Von Ribeus. Éste, con una sonrisa perniciosa y sibilina, dió las órdenes pertinentes.

John Segura ordenó un alto el fuego. Los buques enemigos se retiraban. ¡Una gran victoria para las FSA! El control de aquellas aguas había cambiado de mano y ahora sería posible lanzar el tan ansiado desembarco para recuperar Alaska. "Almirante! Almirante! hay algo ahí en el agua... parece un señor que no para de gritar y gesticular". John cogió su catalejo equipado con un poderoso detector de sonido. El hombrecillo brincaba y profería maldiciones: "Traidorrrres, lo pagarreis caro!".

"Señor, las leyes del mar dictan que lo rescatemos...."

"Ummm, piensa un poco. Si ellos le han abandonado será por algo... mejor péguenle un cañonazo!"

Ribeus dejo la cubierta al ver el fogonazo. Había sido una dura derrota pero pudo ser peor. Por suerte, los americanos se habían encargado del único cabo suelto. Ahora nadie sabría la versión del comisario y sería fácil acusarle de aquel despropósito de misión. En el fondo aquello no era tan malo. "Asistente, traigame una cerveza tibia, esto hay que celebrarlo!". El asistente miró con extrañez a su superior pero no osó desobedecerle visto lo sucedido con el comisario Freddy.

Con la flota prusiana rota decidimos finalizar la partida
23:59 La partida resultó interesante sobre todo por lo que aprendimos. Nos familiarizamos con el reglamento y descubrimos algunas cosas buenas y malas de nuestras flotas. Como americano, la verdad es que estoy bastante satisfecho del papel de mis unidades. La flota americana a distancia es brutal, pero es que además es poderosa por aire y tiene barcos que también son muy destructivos a corta distancia. Los prusianos son devastadores a corta distancia pero claro, tienen que llegar y en un escenario de mar abierto a lo largo es casi imposible que lo logren. Quizá contra otra flota sí, pero las FSA son letales. Otro error fue que la flota prusiana no avanzó como un bloque sino en un amplio frente. Los americanos podían dispararle a casi cualquier cosa desde cualquier punto y prusianos no tenían ningún grupo de combate lo suficientemente poderoso para aguantar y llegar. La dispersión jugó a favor del americano. Los cazadores aéreos son letales y sin duda meteré más. Son mucho mejores que los bombarderos. Los torpederos ya hacen su función. La próxima partida la jugaremos con islas de por medio un escenario más pequeño sino Prusia no podrá probar sus Teslas.


2 comentarios:

  1. Pues sí Juan, efectivamente, a mi también me parecen los FSA superdestructivos y completos, claro que recientemente me he apañado a los japoneses, que aunque los barcos son feísimos, parecen locomotoras, son también la leche porque tienen, además de artillería, cohetes y torpedos; son otro bando a tener en cuenta..

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  2. Jajajaj seguro... pero yo por ahora ya tengo bastante dystopian jeeejejeje quizá más adelante XD

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