Búsqueda rápida

sábado, 26 de noviembre de 2011

Dixie to arms, to arms...

Este viernes noche hicimos otra escaramuza de Guerra Civil Americana con el reglamento Brothers against Brothers. Y de nuevo, por enésima vez, el sur se hizó con la victoria. La partida fue muy disputada y estuvimos probando cosas que aplicaremos en la demostración que presentaremos en las Jornadas de Barnalúdica el sábado 3 de diciembre de 2011. Decidimos mantener el escenario previsto pero introduciendo algún cambio para conseguir una partida más táctica.


Perspectiva general tras el despliegue desde la retarguardia sudista

Los elegantes guerreros del Sur se lanzan a ocupar las posiciones tácticas de más valor

La plana mayor confederada observa la marea yankee que se avecina

Asignamos un objetivo a cada cuadrante, un campamento por bando con valor de 5 puntos y un salón en el centro con el mismo valor. El resto de objetivos eran de 1 punto. La partida duraría 6 turnos (en las jornadas será de 8 o 9) y vencería el que acumulase más puntos.

En el primer turno todas las escuadras de ambos ejércitos desplegaron por el campo de batalla. El Norte abrió todo su frente y se lanzó con fuerzas equilibradas en pos del puente y del cementerio. Otras dos escuadras se posicionaron en el centro y el flanco izquierdo, formado por tres escuadras se lanzaron a ocupar el granero.


Un oficial nordista estudia como colocar a sus tropas de vanguardia. Al fondo el salón repletode rebeldes

Vista general de todo el  escenario

La caballería avanza incesante ante la atónita mirada de un general de la Unión

La guerra no debe ir muy bien para los yankees. Ya sólo les dan a sus oficiales refrescos minis

Los sudistas tenían claro que tomando el Salon y un par de objetivos la partida sería suya. Una escuadra avanzo rápido hacia el puente y otra le siguió para ocupar la encrucijada. El grueso del ejército se lanzó hacia el salón mientras la caballeria y un par de escuadras se dirigían hacia la destilería y el fortín. Las artillerías se prepararon.

En el segundo turno, la artillería confederada disparó y eliminó a un par de yankees que habían avanzado demasiado. El resto de la fase fue una consolidación de objetivos y hubo alguna baja por disparos a largo alcance, aunque nada significativo. La Unión consolidó el granero y ocupó posiciones avanzadas en los cercados para disparar en el siguiente turno o intentar una carga desesperada al salón. El resto de unionistas capturaron el puente y el cementerio mientras un par de escuadras avanzaron hacia el salón por el centro a campo abierto.

Los rebeldes ocuparon el salón con muchas escuadras, unas cinco, ocupando posiciones avanzadas tras los cercados. Se tomó la destilería y la encrucijada. Una escuadra avanzó hacia el puente pero el bosque la ralentizó y no podrían impedir la toma del objetivo por el Norte, así que tomaron posiciones de disparo en el linde del bosque.


Apostados en los cercados el intercambio de fuego es intenso mientras se prepara el asalto a bayoneta

La Unión buscando gamusinosen el puente


El flanco izquierdo las escuadras del Norte avanzan hacia el polvorín




El tercer turno tuvo color rebelde. Las unidades del salón y de los cercados centrales dispararon a bocajarro contra las dos escuadras del centro que avanzaban a pecho descubierto. Quizá se lanzaron a lo loco porque habían llegado los refuerzos prometidos. Las dos unidades quedaron maltrechas, una abandonó el campo de batalla quedando sólo el oficial y la otra aguantó con graves pérdidas. No tuvieron tanta suerte los confederados el resto del turno. Las escuadras del puente acribillaron a la unidad del linde del bosque y la dejaron diezmada tras una carga. El flanco derecho sería definitivamente de la Unión, pues los sudistas habían decidido concentrar sus fuerzas en el Salón.

En el flanco izquierdo las cosas no iban mejor. Las unidades avanzadas del Norte causaron bajas en las escuadras y la unidad de caballería de los confederados perdió cuatro caballos y dos soldados, casi la mitad de sus efectivos. Aunque en la fase final del turno la fortuna se puso del lado sudista. Una tormenta repentina y poderosa ralentizaría enormemente el avance de la Unión y permitiría a los confederados atrincherarse en sus posiciones.

El cuarto turno transcurrió bajo una tupida lluvia que imposibilitaba el disparo. El terreno era impracticable y no se produjo ninguna acción relevante.

De nuevo salió el Sol y no trajo muy buenas nuevas para el Sur. Llegaron los negros liberados para reforzar el avance del Norte. La Unión se lanzó sin contemplaciones al asalto. Los del flanco derecho acabaron con los enemigos que tenían a su alcance y se encararon para apoyar el asalto final al Salón. El centro recuperó una escuadra acobardada, aunque otra fue masacracada por un fuego rebelde algo extraño con alguna unidad, que debido a su mejor voluntad y decisión dispararon más de una vez jijijij. La caballería, ya en el fortín, desmontó para intentar ocupar el objetivo. Las escuadras rebeldes del flanco izquierdo fueron barridas quedando sólo unos pocos defensores.





El Salón. Los nordistas querían whisky y chicas pero los confederados no pensaban dejarles ni las migajas



El centro rebelde mando efectivos para cubrir los huecos de tiro que habían dejado los muertos y el resto aguantó estoicamente en el Salón bebiendo whisky mientras la artillería nordista bramaba sin cesar (una bala de cañón entro por la ventana y liquido a varios incautos que jugaban al póker en vez de estar en sus puestos. Los confederados sabían que no necesitaban hacer grandes maniobras, aguantando su posición vencerían, pero  los yankees tenían su día y estaban causando muchas bajas y estaban a punto de romper el frente.

Los rebeldes se preparaban para morir en un asalto final encarnizado. Los nordistas eran superiores y tácticamente controlaban el campo pero de nuevo cayó una aguacero que hizo imposible el asalto del Norte. Con el recuento final, los sudistas se hacían con una nueva victoria. La Unión se replegó ante el retumbar de los tambores de la brigada de Hood que llegaba al rescate de sus heroicos hermanos del Sur. Las castigadas unidades confederadas se llenaron de júbilo y entonaron el Dixie al ver como los enemigos retrocedían con el rabo entre las piernas.







Los jugadores, algunos más satisfechos que otros

Pero al final todos amigos y unas buenas risas

23:59 La idea de poner varios objetivos era interesante para intentar que las fuerzas no se contrasen en un sólo punto. Aunque el valor desmesurado del Salón trastocó todo el plan. Al final debido a los cinco puntos de ese objetivo la partida fue muy similar a la anterior con montones de rebeldes apostados en el objetivo mientras los nordistas miraban como sus enemigos bebían y comían mientras ellos soportaban un auténtico diluvio. La victoria táctica fue para el Norte, pues controlaban el campo y en futuros turnos hubiesen copado a sus enemigos con un movimiento en pinza pero... eso no es lo que cuenta. El Sur hizo lo que tenía que hacer para vencer atendiendo a las condiciones de la batalla. Los nordistas hicieron incidencia en que un empate hubiese sido justo por su mejor posición táctica pero... el Sur planteó su partida y le salió bien. Si las condiciones hubiesen sido distintas probablemente la Confederación habría combatido de otra manera. Pese a los lamentos de los nordistas. No hubo empate. Fue victoria, pírrica, pero victoria de lo mejor de la nación: LOS VALEROSOS Y COJONUDOS HOMBRES DEL SUR.



jueves, 24 de noviembre de 2011

Blas de Lezo, in memoriam


Con este último post, le pongo fin a la trilogía sobre Blas de Lezo. Estos días he aprendido muchas cosas buscando información sobre este personaje. Estoy tan satisfecho de haber publicado esto que no descarto dedicar artículos parecidos a otros grandes nombres de nuestra historia. Sin más dilación os dejo con el artículo; éste, mas breve que el anterior.

La F(103) Blas de Lezo de la Armada Española
La batalla de Cartagena de Indias puso fin a la Guerra del Asiento –o de la Oreja de Jenkins- y aseguró el dominio marítimo de España durante 60 años más.  El Caribe y el Atlántico volvieron a ser, prácticamente, un lago español hasta la derrota en la Batalla de Trafalgar. Por desgracia, los dirigentes, consejeros, políticos y demás no supieron sacar  rédito a aquella victoria. Dejaron las cosas como estaban y permitieron que el ocaso español continuase eso sí, más lentamente.

El virrey de Nueva Granada, Sebastián Eslava, retomó las desavenencias con Lezo y escribió varias veces al Rey pidiendo castigo para su persona, cosa que al final logró hundiéndole social y económicamente. El odio hacia el marino vasco venía por disputas en la estrategia defensiva. Eslava esperaba el apoyo de Torres y su flota de la Habana que atacarían por detrás a Vernon. Ésta nunca llegó. Lezo proponía una defensa, sin esperanza de refuerzos, y encarada a desgastar a los británicos.

Esto provocó disputas entre el Virrey y Blas de Lezo. Eslava destituyó a Lezo pero hubo de devolverle el mando y reconocer sus errores. Los triunfos y victorias de Blas de Lezo le eclipsaron y creció en él la envidia. Lezo intentó conservar el prestigio ganado tras 40 años de servicio a Felipe V. Escribió a sus amigos de la península para que intercedieran en su favor; para ello remitió el diario de lo sucedido en Cartagena. Pero el Rey, muy influenciado por los informes de Eslava, ignoró sus alegatos.

Maqueta de la batalla de Cartagena de Indias de la Escuela de Ingenieros y Transmisiones (Hoyo de Manzanares)
Lezo estaba muy enfermo, las heridas y las enfermedades transmitidas tras la matanza ocurrida semanas antes agravaron la situación. El 7 de septiembre de 1741 murió en Cartagena de Indias sin recibir sepultura conocida. Se sospecha que fue arrojado a una fosa común debido a las penalidades por las que pasaba su familia. El brillante marino murió sólo. Nadie excepto su familia se atrevía a mostrar cercanía por miedo a las represalias. Con su honra y nombres manchados por las mentiras de Eslava terminaba así la carrera de uno de los militares más ilustres de las armas españolas.

Años más tarde, no obstante, se rehabilitó su figura y se le concedió, a título póstumo, el marquesado de Ovieco. La Armada Española siempre le ha rendido homenaje, siendo costumbre que siempre haya en activo un buque con su nombre. El último es una fragata de la clase Álvaro de Bazán: la Blas de Lezo (F103).

La Armada de Colombia, también tuvo un buque con el nombre del almirante, el ARC Blas de Lezo (BT-62), un petrolero de clase Mettawee, ex USS Kalamazoo (AOG-30) adquirido por la Armada de los EE.UU. en 1947 y dado de baja en 1965. En Colombia, sobre todo en Cartagena, Lezo es un héroe y se le reconocen todos los honores.

Placa conmemorativa en San Fernando (Cádiz)
Existe también una placa en su honor en el Panteón de Marinos Ilustres en San Fernando (Cádiz) donde reposan héroes de la Real Armada Española. También existe una maqueta de la batalla de Cartagena de Indias en la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares (Madrid).

Sin embargo, aunque las proezas de Blas de Lezo estén a la altura de los más grandes héroes de la historia, es un personaje prácticamente olvidado. Sólo un documental de DL-Multimedia para los canales historia y Odisea. En cualquier otra nación hubiese sido objeto de varias producciones cinematográficas y homenajes diversos. Aunque esta situación se reconduce lentamente. Cuenta con calles en Valencia, Málaga, Fuengirola, Alicante, Las Palmas, Huelva, San Sebastián, Pasajes y finalmente, tras una recogida de firmas, el 28 de abril de 2010 se aprobó dedicarle una avenida en Madrid.

Lezo es un reconocido héroe en la ciudad de Cartagena de Indias, allí se le rinden grandes honores y reconocimientos. Su estatua frente al baluarte de San Felipe de Barajas es otra muestra del respeto y admiración a este gran personaje.

Estatua a los pies del San Felipe de Barajas en Cartagena de Indias (Colombia)
23: 59 Desde el pasado día 5 de noviembre de 2009, en la ciudad de Cartagena de indias, se ha cumplido el deseo del valiente Lezo, ya que éste pedía en su testamento que un grupo de españoles pusiera una placa para no olvidar aquella victoria. En ella hoy se puede leer: “Aquí España venció a Inglaterra y sus colonias”. “Con sólo 3000 hombres  y su ingenio, Lezo derrotó a 25000 ingleses y 4000 soldados traídos de virginia por el medio hermano de George Washington”.


miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cartagena de Indias, la tumba británica


Combate en Bocachica
Continúo con los hechos de Blas de Lezo en este segundo post. En primer lugar, quiero pedir paciencia por la extensión. Pero me ha sido imposible sintetizarlo más. He intentado lincar algunos temas pero aún así, es necesario dar una serie de explicaciones sobre algunos hechos y procesos históricos que son importantes para entender como se llegó a una de las batallas más importantes de la historia.

Es vital, por tanto, dar unas pinceladas sobre la Guerra del Asiento –o Guerra de la Oreja de Jenkins- y también plasmar una serie de fuentes que indican el terrible resultado que esta tuvo para los ingleses.  Dejamos a Blas de Lezo de camino a América escoltando la última Carrera de Indias.

Los británicos, que se dedicaban al contrabando, no aceptaban que se les registrara en los puertos españoles ni por sus guardacostas –pues éstos confiscaban sus mercancías-. Felipe V había concedido a los ingleses el derecho de comerciar una vez al año con las colonias españolas. Por esta concesión podían intercambiar o vender 500 toneladas de mercancía. Pero éstos, viendo el gran negocio, recargaban sus buques con pequeños botes al anochecer o ejercían el contrabando.

En la Convención del Pardo (14 de enero de 1739) se había convenido pagar a los británicos por los daños ocasionados en operaciones de registro a los contrabandistas 95000 libras esterlinas. Felipe V no lo pago y consideró menos costoso arriesgarse a una guerra con Inglaterra.

Fue un conflicto ocasionado por rencillas comerciales pero los ingleses necesitaban un pretexto para declarar la guerra. Juan León Fandiño, capitán de un guardacostas español, apresó al buque Rebecca al mando de Robert Jenkins, un contrabandista. El español le hizo cortar una oreja y lo envío con ella en una caja de vuelta a Londres con el siguiente mensaje: “Dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve”. El revuelo fue tal que inmediatamente se le declaró la guerra a España. Por eso se conoce este conflicto como Guerra de la Oreja de Jenkins.

El almirante Vernon
El 25 de agosto de 1739, Edward Vernon captura Portobelo.  Debido a la negligencia del gobernador, la ciudad estaba mal defendida y fue presa fácil de los ingleses, que con sólo 6 navíos y 200 hombres sometieron a la guarnición y tomaron las piezas de artillería. Esto fue interpretado por lo ingleses como un síntoma de debilidad de España. Vernon fue tildado de héroe y se le dio el mando de la mayor escuadra vista hasta el momento para acabar de una vez por todas con el Imperio Español.

El plan era debilitar a España tomando Cartagena de Indias y convertir el Caribe en un mar inglés en la mesa de negociaciones. En esta ciudad (que pertenecía al virreinato de Nueva Granda, actual Colombia) confluían todas las riquezas de las colonias españolas y por ello era la llave para asfixiar a la corona hispánica y desmembrar su imperio.

A pesar de las magníficas fortificaciones, (pongo mapa de la batalla) Blas de Lezo encontró las defensas de la ciudad en un estado calamitoso. Contaba con poca y mala artillería, casi sin municiones y una existencia de pólvora que apenas llegaba a 3300 libras. Desde su llegada su único propósito fue el abastecimiento de la plaza y la fortificación de la bahía. Para ello ordenó cegar completamente el canal de Bocagrande creando una escollera –un dique que se hace echando piedras al mar-.

De esta forma se aseguró que cualquier ataque por mar tuviera que pasar por los fuertes de Bocachica. Cómo podéis ver en el mapa, Bocachica es una entrada a la bahía mucho más angosta y fácil de defender con fuerzas inferiores en número. Reforzó las guarniciones de los fuertes que protegían  el acceso (San Luis y San José), tendió entre las mismas dos cadenas para impedir el acceso a la bahía y colocó sus barcos para apoyarlos. Sus buques así dispuestos sólo podían disparar con los cañones de un lado. Lezo mandó retirar el resto de piezas de artillería y reforzar con ellas las defensas. También armó las baterías de Tierra Bomba en el islote que separaba Bocachica y Bocagrande.

Plano general de la batalla. Para que podáis identificar las fotalezas y movimientos

Edward Vernon conocía bien a Lezo y lo calificaba como su gran rival. Además estaba herido en su orgullo, pues el marino vasco se había burlado de la toma de Portobelo: “Si hubiera estado yo en Portobelo, no hubiera usted insultado las plazas del Rey mi Señor, porque el ánimo que faltó a los de la ciudad me hubiera sobrado a mí para contener su cobardía”.

La victoria en Portobelo y la gran fuerza militar que dirigía le hacían estar muy confiado. A pesar de que las únicas informaciones que tenían de las defensas se remontaban a los informes de Pointis, que logró capturar la ciudad en 1697. Mientras tanto, los españoles tenían una red de espionaje muy superior. Gracias a un espía español en Jamaica apodado “el Paisano” se conocían todos los detalles de las fuerzas aprontadas para la toma de Cartagena y gran parte de los planes de Vernon.

El almirante inglés se presentó ante la ciudad con el propósito de recabar información y amedrentar a los defensores en dos ocasiones.  En ambas fueron repelidos. Primero por parte de los cañones de los buques, con mayor alcance que los de los fuertes, que Lezo había reubicado en la selva próxima. Y posteriormente por un hábil movimiento naval en el que el vasco, con sus seis navíos, logró rodear a 13 buques ingleses.

Desde Inglaterra se le apremió a atacar pues consideraban que estaba desperdiciando muchos recursos y tiempo para tan poca recompensa. El 13 de marzo los ingleses aparecieron por Punta Canoa con la segunda mayor flota de la historia (sólo superada por la desplegada en Normandía en 1944). Ésta era mucho mayor que la famosa Invencible de Felipe II (126 navíos). Contaba con 8 grandes navíos de tres palos, 28 de línea, 12 fragatas de combate, 130 transportes, 4 brulotes, algunas bombardas, 9000 soldados de desembarco, 2000 macheteros de Jamaica, 15000 marinos y 4000 colonos norteamericanos de Virginia encabezados por Lawrence Washington (hermanastro del famoso George). 30000 combatientes, 200 buques y 3500 cañones para doblegar “el orgullo español”.

Lezo contaba para la defensa con una fuerza diez veces menor en hombres y muchas veces más en buques. 6 barcos, unos 1000 cañones, 1100 soldados veteranos, 400 bisoños, 600 marinos, 300 milicianos y 600 indios armados con flechas.

La batalla de Cartagena de Indias

El 17 de marzo comienza el cañoneo contra los fuertes y baterías de Bocachica. El bombardeo era constante con 62 disparos a lo hora y ocho barcos atacando relevándose de 4 en 4. Pero no se enfrentaban a un aficionado. Lezo apoyó con sus barcos a la artillería e ideo unas balas encadenadas que destrozaban todo el aparejo de los barcos dejándolos inservibles. Sólo en la batalla del día 20 los cañonazos españoles destruyeron cinco navíos de guerra, dos de ellos de 3 puentes.

Los daños ocasionados en los muros por los ingleses fueron mínimos, pues el Medio Hombre había reforzado los merlones (parte más débil de la muralla por donde asoman los cañones) con sacos de tierra apilados. De esta manera al impactar una bala de cañón no saltaban esas esquirlas que causaban estragos entre los defensores y absorbía el golpe del impacto. La artillería de Tierra Bomba hacía estragos y los ingleses intentaron silenciarla. Lo consiguieron con graves pérdidas de hombres y 3 buques de 80 cañones fuera de combate (Norfolk, Russell y Shrewbury).


Los ingleses logran así desembarcar tropas y artillería. Pero eran castigados continuamente por el fuego del fuerte San Luis. El 5 de abril los británicos lanzaron un asalto combinado por tierra y mar contra el fuerte de San Luis. Fue tomado al asalto y los españoles debieron replegarse a la ciudad. Tres barcos españoles fueron destruidos y el Galicia, buque insignia de Lezo, capturado. Los ingleses lograron atravesar el primer anillo defensivo pagando un alto precio en buques y más de 1500 muertos.

Blas de Lezo
Vernon seguro de su victoria mandó la fragata Spence, con dos oficiales capturados y la insignia de Lezo, a Londres informando de la toma de Cartagena. En la City se dispararon salvas y fuegos artificiales y se imprimieron monedas en las que aparecía Lezo arrodillado entregando las llaves de la ciudad a Vernon. Alrededor rezaba el siguiente lema: “El orgullo español humillado por Vernon”. Muy caro pagarían los británicos esta arrogancia.

La flota inglesa penetró en la bahía interior y desembarco el grueso de sus fuerzas. Las desavenencias entre el virrey Eslava y Lezo provocaron la caída del cerro de La Popa. Sólo el castillo de San Felipe de Barajas impedía a los británicos tomar la ciudad. Debería ser tomado al asalto para instalar la artillería y poder bombardear la plaza. Ambos contendientes se preparaban para el asalto final.

Ante el inminente ataque, Lezo preparó varias estratagemas para minimizar los daños y desgastar a los asaltantes. En primer lugar desbrozó los alrededores de San Felipe para evitar dar cobertura al enemigo, también había bajado dos metros el nivel del suelo que rodeaba las murallas (luego veremos por qué). También envío dos falsos desertores con información falsa.

Lezo había preparado una trinchera en la que puso a 650 veteranos. Dejo otros 300 en el castillo con 200 marinos como reserva. Los ingleses asaltarían simultáneamente la fortaleza por los cuatro costados. Avanzarían por el Sur aunque el grueso de la tropa se centraría en el lado Este, el más empinado pero con deficiencias en la fortificación según la información errónea de los dos supuestos desertores.

Del lado oeste se encargarían los colonos norteamericanos mientras que en el norte se haría una maniobra de distracción. Vernon no quiso dar apoyo naval al asalto, puesto que debía internarse en un estrecho canal en el que la superioridad del San Felipe de Barajas era evidente. También exigió rendir el fuerte del Manzanillo y el de Pastelillo.

En la madrugada del 20 de abril de 1741 comenzó el asalto final al castillo de San Felipe de Barajas. Las tropas inglesas que avanzaban por el Este fueron engañadas y se vieron de pronto bajo el fuego del castillo sin tener otra opción que intentar un asalto desesperado. Pero al llegar a las murallas se encontraron con una desagradable sorpresa: las escalas quedaban cortas dos metros, los mismos que Lezo había rebajado el suelo que rodeaba la fortificación.

Al Oeste, las tropas norteamericanas tenían el mismo problema. Se produjo una auténtica carnicería. Según el testimonio de un combatiente: “...rechazados al fusil por más de una hora y después de salido el Sol en un fuego continuo y biendo los enemigos la ninguna esperanza de su intento (...) se pusieron en bergonzosa fuga al berse fatigados de los nuestros los que cansados de escopetearles se abanzaron a bayoneta calada siguiéndolos hasta quasi su campo...”.

Mientras los fuertes del Manzanillo y el Pastelillo resistían firmemente. Los británicos intentaron el asalto pero fueron repelidos por balas de metralla que sólo en la primera salva acabaron con la vida de 200 combatientes. Las enfermedades tropicales comenzaron a hacer mella. Los soldados morían sin que les tocase una sola bala y las tropas se desmoralizaron. Sin embargo la batalla aún continuaba.

Blas de Lezo había conseguido que el lado Sur, defendido por la trinchera y la propia fortificación, sufriera el ataque más débil y sin embargo era la única opción efectiva de ataque contra el verdadero objetivo que otorgaría la victoria. La artillería britànica de La Popa se veía obligada a repartir el fuego contra las posiciones atrincheradas, impidiendo así el ablandamiento del castillo. Las tropas británicas del lado Sur avanzaban hacía el castillo sin saber que al mismo tiempo en los otros frentes sus compatriotas estaban siendo masacrados bajo un fuego espantoso, y ahora el destino de la contienda estaba sobre ellos.

Los británicos concentraron sus fuerzas en esta vía. El fuego de fusilería era intenso y los soldados ingleses no conseguían progresar con facilidad, pasaban las horas y las fuerzas de ambos bandos se iban concentrando en el mismo flanco, sin embargo los ingleses estaban sufriendo un gran desgaste subiendo la ladera bajo el sol tropical y el fuego español. Pero la proporción era de cuatro a uno. Tras horas de combate los atacantes habían conseguido sobrepasar la trinchera por algunos puntos. Y en este momento, Lezo dio su último golpe.

La reserva recibió la orden de salir a la carga. 500 españoles frescos salieron del San Felipe en el momento crítico de la batalla. Los británicos no pudieron hacer frente el ímpetu del asalto y se retiraron cuesta abajo. Los refuerzos que subían la pendiente se contagiaron del miedo y huyeron también. Los defensores los persiguieron hasta La Popa haciendo una gran matanza y capturando toda la artillería britànica.
Lezo había planteado una defensa tenaz con el objetivo de castigar al enemigo para llegar a un combate final con posibilidades reales. Se trataba de provocar bajas y ganar tiempo. Las enfermedades tropicales llegaron de refuerzo a las 6 semanas haciendo estragos entre los hombres noreuropeos poco habituados a aquel clima.

El 30 de abril se produjo un cambio de prisioneros y varios españoles relataron las penurias que sufrían los británicos. En especial una de vital importancia. 50 ingleses habían sido fusilados ante la negativa de un nuevo asalto. La tropa no secundaba a los oficiales y su psicología estaba deshecha. La victoria era completa. Blas de Lezo logró desgastar al enemigo y obligarlo a realizar un asalto en el que no pudiera ejercer plenamente su superioridad numérica.

Ante esta situación, Vernon puso a disparar el buque Galicia pero el cañoneo de las defensas mato a los tripulantes y lo incendió. El barco era ingobernable y el aire lo llevó al grueso de la Armada británica. Muchos buques se incendiaron y explotaron. El 8 de mayo Vernon inició la retirada. Se vio obligado a incendiar 5 buques más por falta de tripulación (signo ilustrativo de las pérdidas humanas)  y se retiró a Jamaica. Cargados de hombres moribundos sus barcos parecían hospitales. Los historiadores ingleses ocultaron vergonzosamente lo ocurrido en Cartagena de Indias por orden de Jorge II.

Existen cifras que muestran el resultado de tan abultada derrota pero quizá estén redondeadas a la baja. Los testimonios y documentos de la época hablan de que “cada barco y soldado español hizo frente y derrotó a 10 ingleses”. El resultado es tan increíble que el propio Lezo, pecando de humildad, atribuía la victoria a “las misericordias de Dios”. El caso es que las bajas fueron muy graves. “En términos relativos, los atacantes habían perdido un 15 % de su fuerza y los defensores un 20 %, pero pese a esta relativa ventaja local el efecto era mucho peor para el visitante”.

Pero como decía, existen informaciones más dramáticas y creíbles porque provienen de los propios ingleses que combatieron en Cartagena. El informe de John Pembroke relataba lo siguiente: “Por la cuenta honesta tuvimos 18000 hombres muertos, y según un soldado español que capturamos, ellos perdieron a lo sumo 200. El almirante Una Pierna, con su excelente mando y fuego mató a 9000 de nuestros hombres, la fiebre general mató un número parecido. Cuando eché la última mirada al puerto de Cartagena, su superficie era gris con los cuerpos putrefactos de nuestros hombres, que murieron tan rápidamente que nosotros no podíamos enterrarlos. De los agricultores pobres y débiles de nuestras colonias norteamericanas murieron cuatro hombres de cada cinco”.

Esta colosal derrota de los ingleses aseguró el dominio español de los mares durante más de medio siglo hasta que lo perdió en Trafalgar. Humillados por la derrota, los ingleses ocultaron monedas y medallas grabadas con anterioridad para celebrar la victoria que nunca llegó y el rey Jorge II prohibió a los historiadores y cronistas hablar de este episodio. Tan convencidos estaban de la derrota de Cartagena que pusieron medallas en circulación que decían en su anverso: “Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741” y “El orgullo español humillado por Vernon”.

23:59 El almirante Vernon se alejó de la bahía con su armada destrozada gritando: “God damn you, Lezo! I will return!” (“¡Qué Dios te maldiga Lezo! Volveré!). En respuesta, Blas de Lezo pronunció una inmortal frase:

“Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta sólo le va a servir para transportar carbón de Irlanda a Londres, lo cual le hubiera sido mejor que emprender una conquista que no puede conseguir”.
El post es largo, lo reconozco y no será lo habitual. El siguiente será mucho más corto y trataré sobre el fin de Blas de Lezo, su olvido, las consecuencias de esta victoria y la recuperación reciente de su memoria.

martes, 22 de noviembre de 2011

Blas de Lezo, el ilustre militar que humilló el orgullo inglés.


Blas de Lezo el Medio Hombre
Nada sabía sobre este personaje un mes atrás. Fue durante una conversación con mi amigo y compañero del Club Alpha Ares, José Gutiérrez cuando oí por primera vez el nombre de Blas de Lezo. Tan interesante me resultó el personaje que me puse a recopilar información sobre él, y tanto me ha impactado lo que he leído que encuentro injusto que nuestra propia historia se haya olvidado de uno de los más brillantes militares que han parido nuestras armas.

Así pues, me siento obligado a poner mi granito de arena y dar a conocer su historia de la que tantos compatriotas y enemigos han renegado. Abro con esta introducción una trilogía de post sobre éste marino vasco que tantos pesares ocasionó a los enemigos de la Corona de España (simplemente me gusta como suena).



Lezo, el Medio Hombre

A quienes conozcan Londres, y hablo de oídas porque jamás he estado, les resultará familiar la zona de Portobelo –o no, ¡Qué se yo!-. Allí, además de un mercadillo harto conocido, se puede admirar la tumba que rinde homenaje a Edward Vernon (http://es.wikipedia.org/wiki/Edward_Vernon) en la Abadía de Westminster. Aunque la historia arroja para ellos una más que discutible gloria tras la derrota sufrida a manos de un marino español en una de las batallas más desiguales de la Historia.

Blas de Lezo y Olavarrieta nació en Pasajes (Guipúzcoa) el 3 de febrero de 1689 en el seno de una familia de reconocidos marinos. Se educó en Francia y en 1701 embarca en marina francesa de guardiamarina –el más bajo rango de la Armada instaurado en 1717 para aquellos alumnos que se preparaban para ser oficiales de marina- con apenas 12 años. Luis XIV había ordenado que hubiese el mayor intercambio posible de oficiales entre los ejércitos y las escuadras de España y Francia (aliadas en aquella época).

Durante la Guerra de Sucesión participó en la batalla naval más importante del conflicto frente a las costas de Vélez (Málaga) el 24 de agosto de 1704. Se batió con bravura hasta que una bala de cañón le destrozó la pierna izquierda. Por su conducta en el combate fue ascendido a Alférez de Bajel pero debió guardar reposo varios meses. En 1705 se le asigna la misión de aprovisionar la asediada Peñíscola. Elude el cerco inglés y logra abastecer la ciudad gobernada por un paisano, Sancho de Echeverría.

Se convierte en el azote de los ingleses en el Mediterráneo apresando muchos barcos británicos con ingeniosas maniobras y con un arrojo inusitado. En 1706 debe poner a prueba su ingenio para abastecer a los sitiados en Barcelona. Lo logra perfeccionando la táctica que llevó a cabo un año antes en Peñíscola. Utilizó balas incendiarias que prendieron los navíos británicos y puso a arder paja húmeda para crear una cortina de humo que ocultase su escuadra a los ojos del enemigo.  

Demostrada su valía como militar valeroso y capaz se le asigna la defensa de la fortaleza de Santa Catalina de Tolón. En este combate una esquirla de cañón de hace perder un ojo quedando Lezo tuerto de por vida. Tras una breve convalecencia vuelve al mar. Es destinado al puerto de Rochefort donde es ascendido a Teniente de Guardacostas en 1707. En este periodo se curtirá aún más en escaramuzas navales contra Inglaterra y Holanda. En 1710 rinde diez barcos enemigos sin ayuda, el menor de ellos de 20 cañones. Sin duda toda una hazaña pero no la más sonada. Durante el mismo año entabla combate con el poderoso Stanhope, buque inglés de 70 cañones comandado por John Combs, y lo somete al asalto.

Captura del Stanhope

El abordaje español era temido por todos los marinos. Se acercaban al barco enemigo y lo cañoneaban a bocajarro, después lanzaban los garfios y abordaban buscando el cuerpo a cuerpo. La infantería de marina española solía ser excelente en éste menester. Así conseguían con menor número, rendir escuadras mucho mayores. Por esta victoria fue ascendido a Capitán de Fragata.

En 1712 es ascendido a Capitán de Navío. El 11 de septiembre de 1714 participa en el asedio de Barcelona al mando del Campanella (70 piezas). En la batalla es herido en el brazo derecho por un tiro de mosquete perdiendo casi toda la movilidad. A los 25 años Blas de Lezo era tuerto, manco y cojo por las heridas sufridas en sus numerosos combates. No es de extrañar que recibiese el apodo de Medio Hombre, pues se acercaba bastante a la realidad.

En 1715 rinde Mallorca sin disparar una sola vez y en 1720 es destinado, por primera vez, a las colonias americanas. Concretamente a una escuadra hispano francesa cuya misión era acabar con la piratería en las costas de Perú (los conocidos como Mares del Sur). En éste periodo puso en fuga al Success y al Speed Well, ambos de 70 cañones, al mando del pirata John Clipperton. Huyó a Asia y allí fue capturado y ejecutado.

Regresa a España en 1730, curtido en mil batallas, para ponerse al mando de la escuadra naval del Mediterráneo. Su primera misión es cobrar dos millones de pesos que los genoveses adeudaban a la Corona. El dinero estaba guardado en el Banco de San Jorge. Los genoveses no querían pagar pero Lezo, pragmático, dio un ultimátum. O pagaban o bombardearía la ciudad. Los genoveses accedieron a pagar lo debido pero además se les obligó a rendir homenaje a la bandera española. Con ese dinero se sufragaron los gastos de la expedición a Orán al frente de la que se puso al bravo marino.

Al frente de una escuadra de 54 buques y 30000 infantes rinde la ciudad en 1732 y repele la contraataque musulmán persiguiendo a la nave capitana de los sarracenos hasta la bahía de Mostagán, defendida por dos castillos y 4000 musulmanes. Lezo no se arredró, entro tras la nave capitana enemiga, la incendió e infringió graves daños a las defensas con su artillería. Tras esta gran victoria, Lezo patrulló por la zona impidiendo la llegada de refuerzos turcos hasta que se vio obligado a regresar a Cádiz por una epidemia.

En 1734 fue ascendido a teniente general de la Armada y regresó a  América. En este periodo libraría su más afamada batalla en la conocida como Guerra de la oreja de Jenkins o Guerra del Asiento. La particular Invencible británica. Esta aplastante derrota fue silenciada y ocultada por el rey Jorge II y los historiadores. Pero de ella hablaremos en el segundo post dedicado a este brillante militar, pues merece la pena destacar aparte este episodio y como Lezo venció a una fuerza inglesa diez veces superior.
Tras éstos hechos cayó en desgracia debido al odio que le tenía el nuevo Virrey, Sebastián de Eslava. Contrajo la peste y murió en 1741 en la ruina y el olvido en Cartagena de Indias, aquella ciudad que fue testigo de la derrota más humillante infringida a la flota británica.

23:59 Espero que os resulte este post tan interesante como a mí. Así veréis que nuestra historia está repleta de grandes personajes y grandes hechos. Aunque no hemos sabido potenciarlos, ni destacarlos y de nuestra historia únicamente se ha destacado la parte negra. Esa que deja a los espanyoles como opresores o necios (que también no voy a negarlo), pero conviene recordar que nuestra historia es mucho más rica y es necesario sacar a la luz también éstos episodios que forman parte de nuestro pasado. Es nuestra labor como historiadores hablar sin complejos de TODA NUESTRA HISTORIA: la buena y la mala.




 

domingo, 20 de noviembre de 2011

Hermanos contra hermanos

El viernes preparamos el escenario que presentaremos en las jornadas del día 3 diciembre en las Cocheras de Sants de Barcelona. Lo pusimos a prueba y la verdad es que la partida estuvo genial! Mi compañero Kanedien, ha realizado un excelente artículo sobre el reglamento que vamos a usar, Brother against Brother, y un sintético y preciso informe de batalla de lo que sucedió en los cuatro turnos que jugamos. La idea es que la partida del día 3 dure 9 turnos.

Como bien dice el señor Kanedien, el reglamento es ágil y permite montar una partida grande y finalizarla en unas 4 horas. La intención es hacer dos partidas, una por la mañana y una por la tarde con la intención de que los asistentes sean los que jueguen mientras nosotros los asesoramos y les explicamos el reglamento. Objetivo? Crear afición y presentar un juego que desde mi humilde punto de vista es excelente!

Pensaba hacer este post de prestado con las fotos que tomó Kanedien, pero me parece mucho más lógico linkar su artículo. Son sus fotos, es bueno y resume a la perfección lo que sucedió el viernes. Además facilita mi trabajo en un fin de semana en que una melopea constiparil ha impedido que pueda hacer todo lo que tenía previsto.

Eso sí, debo hacer un par de matizaciones: Para las jornadas introduciremos dos objetivos en vez de uno, para hacer que la partida sea menos previsible y amortizar todo el escenario. Cada jugador tomará las cartas de moral o evento cuando sea necesario para evitar malentendidos :). Poco más que añadir: simplemente que, ¡Viva el Sur!

lunes, 14 de noviembre de 2011

Rangers de Capitol

Os dejo unas fotos de mi unidad de Rangers de Capitol Megacorp, una de las facciones humanas que pelean por la supremacía en el universo War Zone. Se trata de una escuadra pensada para el asalto. Son una gran tropa pues su arsenal les permite un buen alcance de tiro a larga distancia, son potentes a media y corta y grandes combatientes cuerpo a cuerpo con sus pístolas y sus cuchillos de combate. La unidad está formada por un capitán y un sargento, un granadero, dos especialistas con LMG, un médico, un sniper y 4 soldados de asalto. Además la escuadra va acompañada de perros rastreadores para descubrir trampas, minas y tropas camufladas.

Las imágenes las pongo en formato presentación para no hacer el post tan largo y además os dejo un link que os llevará a las fotografías, para aquellos que os apetezca verlas con calma.

Bolazos en Airsoft Égara

Tras un mes y pico sin actividad, he vuelto a echar una partidilla con la tropa. Me encanta el Airsoft (entre otras cosas) y este fin de semana hemos un jugado en un campo que me ha gustado mucho y al que volveremos asiduamente. Lo pasamos genial hasta que llegó la lluvia. Bueno, tampoco pasa nada, pues así sacamos tiempo para tomarnos unas cervecitas fresquitas con tapa en un bar de Terrassa.

Nos tocó defender tres bases y nos salió redondo. La primera sudaron para tomarla y tardaron casi una hora. La segunda se defendió con éxito y en la última la tomaron porque su respawn era infinito y nuestras bajas, definitivas. Iré publicando contenido de esta otra afición que tengo.

Isaaki nuestro tirador selecto y yo que soy francotirador. En ésta base nos hinchamos a eliminar jugadores rivales jejeje

Kumy e isaki parapetados, al fondo toda la tropa preparándose para defender la última base.

II Salón del Trek de la Farga

En una visita casual a unas amigas de Hospitalet descubrí, inesperadamente, que se celebraba en la Farga el II Salón del Trekking y el Senderismo (10,11 y 12 de noviembre); así que sin pensarlo compré una entrada e hice una visita. Muy productiva, por cierto.





Pese a que no había muchos stands y el espacio destinado era más bien reducido -pues la otra mitad estaba ocupado por un salón de manualidades y patchwork- lo recomiendo para aquellos amantes del senderismo, el trekking, la BTT y la montaña en general. Conseguirán mucha información útil (mapas, alojamientos, etc.) y libros de buena calidad a un precio razonable. Pequeño, pero bien organizado. La atención recibida en los stands? Excelente!

domingo, 13 de noviembre de 2011

Más Jornadas

Os dejo unas cuantas fotos de las jornadas por cortesía de mi amigo y compañero de Somatent, Jose Gutierrez.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Jugando a...

Os traigo dos títulos que poseo hace años y a los que juego asiduamente. Ambos me parecen muy buenos. No por su calidad gráfica sino más bien por el trasfondo y el sistema de juego.

Vandal Hearts 2

Lo adquirí para mi antigua PSX y aún lo tengo conmigo. Eso es síntoma de calidad. No voy a desvelaros nada sobre el argumento, mi intención es recomendarlo, destacar cuatro aspectos y aportar algún  material interesante. Vandal Hearts 2, no destaca por sus gráficos; reconozco que supera a su predecesor pero tampoco es nada del otro mundo. La música: normal. Aporta buenas melodías pero un tanto repetitivas. Lo más bueno del juego es su jugabilidad -valga la redundancia-. Es uno de los primeros juegos tácticos por turnos, sobre una especie de tablero con cuadrículas, que incorpora la simultaneidad de movimientos entre los contendientes.

Esto es un elemento táctico interesante que nos permite disfrutar más de la segunda parte que de la precuela. Debemos decidir que personaje movemos con el objetivo de evitar que lo hieran intentando a suvez hacer el máximo de daño al rival. Hasta que se le coge la dinámica nos dará algún quebradero de cabeza y nos sacará de nuestras casillas si lo que queremos es pasar las pantallas sin tener ninguna baja para conseguir el doble de recompensa.



Si no se busca la perfección este juego, a pesar de su mejora táctica, se vuelve facilón. También es de agradecer la cantidad de misiones secundarias y batallas secretas que añaden durabilidad a un título ya de por sí largo. Merece la pena pasar el juego al 100 por 100 sólo por tener la mítica espada Vandalhearts. Os dejo una guía para que no tengáis problemas.

W40k Squad Command



Fantástico juego, que yo he jugado en DS, que recrea -de manera muy simple pero efectiva- en universo de Warhammer 40000. Tampoco hay que lanzar las campanas al vuelo. Únicamente podremos controlar al capítulo de Ultramarines y nos enfrentaremos a los Marines Espaciales del Caos. La variedad es poca, la duración pobre. Los gráficos se salvan y los efectos sonoros están bien aunque acabaremos conociéndolos de memoria. Lo que realmente engancha de este juego es, de nuevo, su jugabilidad.

Controlamos seis unidades que variarán en función de la misión. Exploradores, marines, exterminadores, land raiders, whirlwinds y hasta caballeros grises. Todas las unidades funcionan como una escuadra ampliamente superada en número. El armamento y las combinaciones son ricas y la necesidad de ir avanzando en busca de coberturas se hacen vital para sobrevivir. Un disparo es, prácticamente, una baja. Así que deberemos pensar muy bien nuestros movimientos y elegir el mejor equipo. Acaba siendo un verdadero vicio. Lástima que se termine justo cuando ya nos tiene pillados.

23:59 Iré haciendo más artículos de éste tipo de vez en cuando. Recordad que este blog no se destina a un único tema ( poco normal). Es un espacio personal donde comparto todo lo que yo hago y soy. Y para bien o para mal considero que soy y hago muchas cosas

jueves, 10 de noviembre de 2011

Ave César! Los que van a morir, te saludan



Os dejo vídeos y fotografías de las luchas de gladiadores. Fue muy interesante así que para el próximo año quiero veros a todos allí. No os aburriréis y es una manera de pasar un día fantástico con vuestra familia. Grandes y pequeños disfrutaron participando en las partidas y el resto de actividades.