Este viernes, y para liquidar el año con buen pie, hemos jugado una partida de Flames of War en 15mm. Alemanes del Mariscal Tresaco y su segundo Eustaquio, contra la horda soviética de Jaume, el comisario político Jaime y el capitán Segura. La verdad es que lo pasamos genial, las miniaturas son muy chulas y visto que faltaron rusos, y luego explicaré porqué, más de uno nos hemos decidido por entrar en este mundillo.
Los boches controlaban un pequeño asentamiento con una estación de ferrocarril de vital importancia para mantener un flujo de suministros constante que permita a los alemanes soportar las exigencias del frente oriental. Dos escuadras de granaderos apoyados por varias MG 42, un morterete y un par de anticarros de broma defendían la estación. Aunque habían sido reforzados por dos escuadras de Panzer IV, un pak 36, varios 88 y piezas de artillería varias. A última hora se sumaron dos Tigers y un Panther aunque sus oficiales, cansados de la travesía, optaron por dejar sus vehículos y meterse en la cantina a tomarse unos vinos.
La avanzadilla rusa que vigilaba los movimientos de los alemanes -más que vigilar se atiborraban de vodka- vieron la llegada de los blindados y avisaron al mando para que enviase carros para abortar un posible ataque alemán. Las posiciones soviéticas no debían caer bajo ningún concepto y era prioritario tomar la estación y cortar la línea de suministros de los nazis. Los KV1 aparecieron por el centro y fueron saludados por una salva de fuego artillero soviético que amilanó a los defensores alemanes. La unidad de infantería del flanco izquierda, espoleados por el comisario que se cargó a dos reclutas que se negaban a combatir, se lanzaron al asalto a la voz de: ¡Por Stalin!
Era una locura, a pesar del apoyo de las ametralladoras pesadas eran muy pocos efectivos de infantería para realizar un asalto contra aquella defensa. Se hubiesen necesitado tres veces más soldados pero la Madre Patria no entendía de excusas ni el comisario político tampoco. Revólver en mano y a la voz de: ¡Ni un paso atrás! instó a los ebrios soldados a avanza,r exponiéndolos al bombardeo alemán.
Varios boches cayeron bajo el fuego de mortero soviético y decidieron atrincherarse y no moverse. Los Panzer IV de apoyo no se movieron de detrás de las casonas y el Marder ocupó unas ruinas que le ofrecían cobertura en una buena posición de tiro. Las dotaciones de los Tiger y el Panther se pusieron a jugar a las cartas ante la mirada de preocupación de Eustaquio que había hecho avanzar a sus tanques para tomar el depósito de combustible soviético. No tenía apoyo y decidió esperar a los KV trás una pequeña elevación que los escondía de los rusos.
El fuego de los cañones alemanes, como era previsible, detuvo el avance de la escasa infantería rusa que se vió obligada a refugiarse en un granero. La artillería soviética mandó por los aires dos 88 pero no haría nada más en toda la partida. En este momento llegó una columna de T34 apoyados por dos SU 122, un ISS y un Josef Stalin. También aparecieron varios SU 76 que dieron esperanza a la hostigada infantería. Los potentes anticarro tomaron posiciones en el centro pero sus disparos no fueron certeros. Todos los T34 y los KV fueron a liquidar a los tanques del flanco derecho. Lo conseguirían tras mucho esfuerzo. La infantería del flanco izquierdo se replegó y volvió a la carga apoyada por los SU. Los alemanes prepararon sus MG. La metralla y el bombardeo se concentraron de nuevo en la maltrecha infantería. Está quedó sometida a un duro ataque. El valor de su mando y su comisario lograrían mantenerla viva durante toda la partida. Pero muy pocos volvieron a ver Moscú.
Los morteros soviéticos dejaron en condicíones similares a los defensores del flanco izquierdo pero éstos, bien atrincherados, aguantaron su posición. El Josef Stalin abatió un par de anticarros y la cara de preocupación de los alemanes se avinagraba por momentos. Comenzaron a llorar y quejarse de que aquello no estaba equilibrado. Normal! el Mariscal Tresaco se tomaba unas cañas en la cantina con la dotación de los Tigers. Al final la situación alemana era tan preocupante que decidieron dejar a medio la partida de cartas e incorporarse a la batalla para tapar el agujero del centro. Su ayuda fue bendición y muy buena porque equilibraron la situación. Sus poderosos cañones y su movimiento de Sturmtruppen que les permitía disparar y retroceder empezaron a castigar los blindados soviéticos. Aunque ya era tarde pues la ofensiva de carros alemanes del flanco derecho había sido detenido por los KV y los T34.
Los Panzer IV de apoyo decidieron incorporarse a la refriega viendo que el Marder saltaba por los aires con un impacto directo de un SU 76. Pero la mitad de los carros alemanes fueron detenidos y sus tripulaciones asustadas. Aunque los restantes consiguieron parar definitivamente a la infantería y sus cañones, combinados con los bombardeos, acabaron con todos los SU 76.
Así acabó la partida con un empate táctico. Ambos ejércitos mantenían sus objetivos y decidieron no pegarse más tortas por el momento y volver al campamento a comerse los turrones.
BIEN EXPLICADO, DIVERTIDO, AGUDO, ETC, ETC...COMO BIENE SIENDO NORMA, MUY BUEN ARTICULO!!
ResponderEliminarFELICIDADES.
Merci, compañero. Que os guste es la principal motivación para seguir.
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