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domingo, 15 de enero de 2012

El imparable avance soviético

Excelente perspectiva del campo desde la posición
de los blindados soviéticos. Al fondo la plana mayor alemana
escuchando las condiciones de rendición impuestas por nuestro
general soviético César: Hurra!
Este viernes algunos miembros del Somatent del Club Alpha Ares jugamos una interesante partida de Flames of War Fire Brigade en la que no faltó de nada. Tiros, cañonazos, risas, increpaciones, discusiones sanas, todo aderezado con las voces de miles de rusos que entonaban la varsoviana, ebrios de vodka, tras aplastar a las unidades alemanas en Ucrania. Fue una batalla dura en la que los alemanes debían ser rápidos si querían vencer.

El Alto Mando de la Wehrmacht había dado la orden al Mariscal de Campo Tresaco y sus oficiales de Panzer, Eustaquio y Jose, de socorrer a las tropas alemanas cercadas en un pueblo ucraniano. Los soviéticos los estaban copando con un incesante fuego artillero y les cortaban la retirada con una enorme unidad de blindados situada al otro lado del río. El martilleo constante de las baterías comunistas hacían presagiar un asalto inmimentente. Los informes de inteligencia afirmaban que ingentes cantidades de carros, artillería y una multitud de infantería siberiana se acercaban al lugar para dar un golpe definitivo a las tropas alemanas en Ucrania. Los alemanes necesitaban salvar a aquellas unidades y abrir una brecha por la que huir. La llegada de refuerzos soviéticos estaba al caer y los blindados de Hitler debían ser rápidos si no querían verse rodeados por un hervidero de latas soviéticas.

El general del ejército rojo, César tenía órdenes directas de las altas ésferas del Kremlin de tomar aquel pequeño pueblo y aniquilar cualquier presencia alemana en la zona. Para ello se le enviaban desde la retaguardia tres divisiones de fusileros, gran cantidad de blindados de todo tipo y cañones suficientes para tapar el cielo ucraniano con obuses por la gloria del camarada Stalin. Los refuerzos estaban al caer pero en primera instancia deberían contener la blitzkrieg alemana con las escasas fuerzas sobre el terreno.

Artillería avanzada soviética. Detuvo el tiempo suficiente a los Panzer. Los alemanes no se atrevieron a sacrificar algún blindado y eso les privó de un tiempo precioso de avanzar casi sin oposición

Perspectiva del campo de batalla. Cómo se puede apreciar hay muy pocas unidades sobre el terreno capaces de parar el avance alemán. No darse prisa fue un error y pronto los rusos llenarían éste vacío

El comisario político sabe muy bien
 lo que necesitan sus valientes
El comisario político Sergio repartió vodka de todas las clases entre los oficiales y las tropas que darían, en éste glorioso día, sus vidas en defensa de la Madre Patria. Jaume controlaba la artillería avanzada y una compañía de morteros de 120 mm. También varios anticarro camuflados en un bosque a la espera de practicar el tiro al pato con cualquier unidad Panzer que se acercase. Se le comunicó por radio la orden de contener la marea nazi a la espera de una gran columna de blindados que llegaría en breve a apoyar a sus unidades.

Al otro extremo, los siberianos esperaban agazapados el momento de actuar. Harían un asalto combinado sobre el pueblo por tres puntos, pero antes de ponerse en movimiento necesitaban que alguien limpiase de artillería una colina cercana al pueblo.  Para ese propósito se había destinada una compañía penal que no conocía el miedo. Era vencer o morir. Si no tomaban aquella colina sólo había una alternativa posible, el cumplimiento de sus sentencias. Si conseguían el objetivo: la libertad!

Tropas siberianas ocultas en el interior de un bosque esperan a que sean silenciadas las baterías del pueblo para lanzarse al asalto contra las alambradas

Una gran cantidad de blindados rusos cortan la retirada a los alemanes atrincherados en el pueblo

Varios anticarro en cobertura tras un bosque esperando sorprender a las fuerzas de avanzadilla alemanas.
 Las columnas de Panzer III y Panzer IV del mariscal Tresaco hicieron acto de presencia por una carretera al norte del pueblo. Los alemanes decidieron no incluir en su avance el apoyo de algunas unidades Tiger y Panther por creer que no serían necesarias para aplastar a fuerzas inferiores. Debió arrepentirse cuando las baterías avanzadas soviéticas hicieron añicos a los vehículos de reconocimiento de la Panzer Division.

Llegan las unidades blindadas alemanas. Son impresionantes.

Los vehículos de reconocimientos son destruidos por la artillería avanzada rusa

Tanques rusos reciben con gran potencia de fuego a las primeras unidades alemanas destruyendo algunos vehículos. Los Panzer los enfilaran de flanco y acabara destruyendo

Avance alemán. Los primeros tanques se atascan ante la artillería avanzada a la que finalmente destruyen. Al fondo una humeante columna de blindados soviéticos destruidos. En el intercambio de fuego se perdieron algunos Panzer IV
Había que silenciar aquellos cañones rápido y avanzar, avanzar hacía el pueblo a cualquier precio antes que los rusos contuviesen el avance por simple superioridad numérica. Jose proponía avanzar a marchas forzadas sacrificando algunos blindados para llegar al objetivo cuanto antes y contener el inminente asalto de la infantería rusa. Pero Tresaco, más táctico que rápido, decidió dedicarse a destruir a las unidades avanzadas perdiendo un tiempo precioso que ya no podría recuperar. Eustaquio se resignó y acató las órdenes. Sabía que enfrentarse a aquellos señuelos era un error pero no osó contradecir a su superior y lanzó sus columnas de panzer contra una unidad de T 34 a los que cogió por el flanco y acabó destrozando.

La infántería mecanizada avanzó en dos grupos. Uno por carretera a cobijo de una columna de Panzer IV y otro por el borde derecho apoyados por varios Marder. Varios blindados y cañones los sometieron a un fuego inclemente y huyeron de forma vil dejando desprotegido todo el flanco alemán. Los blindados nazis eran mejores pero cada vez llegaban más y más unidades rusas y el avance cada vez era más lento.

La infantería mecanizada avanza bien cubierta por unidades Panzer

Los alemanes liquidaban todo lo que aparecía pero más y más rusos llegaban. Otra unidad de anticarros hace acto de presencia. Al fondo la infantería mecanizada llega a una colina y desmonta

El otro grupo de infantería mecanizada es aplastada y obligada a huir. Los Marder de apoyo nada pudieron hacer. El flanco alemán quedó desguarnecido y la cosa pintaba muy bien para los rusos
El fuego de mortero comenzó a castigar el pueblo y los alemanes aguantaron estoicamente el incesante repicar de los obuses rusos. Desde el otro lado del río los blindados comunistas cañoneaban y ametrallaban sin compasión las posiciones de los defensores. De repente, un clamor se oyó por encima de las explosiones, los temerarios rusos se lanzaban al asalto de la colina. Eran hombres que no temían a la muerte y quizá por eso lograron lo imposible. Subieron por la ladera y arrasaron a la artillería alemana. Imbuidos por el frenesi de la victoria se lanzaron temerariamente contra las trincheras alemanas colina abajo pero fueron repelidos por las veteranas, y bien parapetadas, unidades alemanas y sus HMG. La compañía fue diezmada pero no había ni miedo ni dolor: Era vencer o morir y aquellos renegados no conocían el miedo, recompusieron sus líneas y se prepararon para volver a la carga: "Hurraaaaa!"

El pueblo y todas las líneas defensivas alemanas. La artillería de la colina

El batallón penal arrasa a la artillería y limpia la colina

Los impetuosos ex presidiarios se dejan llevar por el ímpetu y se lanzan colina abajo pero serían rechazados con grandes pérdidas. Aunque su moral y su falta de miedo los mantuvo cohesionados.
Los siberianos se pusieron en marcha y se lanzaron contra las alambradas alemanas apoyados por toda la artillería rusa que silenció, de paso, un par de cañones alemanes apostados en el interior del pueblo. Aún así, los alemanes aguantaban. Era una infantería que había peleado en todo el continente. Estaban curtidos y eran buenos, muy buenos. Los blindados se movieron de sus posiciones en la otra orilla para buscar un paso por donde cruzar y apoyar con un asalto a las unidades de infantería que no eran rival para aquellos veteranos boches que no pensaban ceder ni un milímetro de aquella aldea sin luchar. Su esperanza estaba intacta, oían en el horizonte el rugido de las columnas de Tresaco que venían al rescate. No cederían!

Artillería alemana en el interior del pueblo. Un objetivo suculento para los potentes morteros soviéticos. Los destruyeron rápidamente

Los Panzer destruyen muchos blindados soviéticos. Pero siempre vienen más. Al fondo la unidad de siberianos se lanza al asalto del pueblo
Tresaco, viendo su flanco desprotegido, se dió cuenta de su error y empezó a corregir su táctica. Sus blindados habían hecho pedazos todo lo que se habían encontrado pero los enemigos parecían no acabarse. Había que avanzar, y ahora sí, los Panzer pusieron la máquina a tope. Eustaquio suspiró aliviado mientras Jose daba la orden a la infantería mecanizada de bajar de los vehículos y subir a una colina desde la que castigar a las unidades siberianas y apoyar el avance de los carros.

El batállón de cástigo resiste en la colina
En el pueblo, los alemanes volvieron a repeler a la compañía penal soviética dejando sus efectivos bajo mínimos. Pero estos rusos eran fanáticos y superaron su chequeo de moral. ¡Aguantarían! Los blindados de apoyo habían desaparecido y los atrincherados alemanes se lanzaron a eliminar por completo a aquellos renegados persiguiéndolos colina arriba.

En lo alto se produjo un duro intercambio de fuego. Los alemanes, con armamento superior, inflingían más y más bajas. Ya sólo quedaba el oficial y el comisario pero allí seguían: superando todos los miedos y aguantando aquella colina con un valor impensable. Mientras, los siberianos llegaron a las alambradas y se lanzaron al asalto sin importarles las bajas causadas por el fuego defensivo alemán. El comisario arengaba a sus valientes: "Ni un paso atrás". Los espinos estaban sembrados de cadáveres pero los rusos avanzaban. Los alemanes estaban impresionados ante aquel coraje. Su fuego no los amilanaba y los primeros alemanes comenzaban a caer bajo las bayonetas soviéticas.

Los Panzer de Tresaco no lograban forzar el paso. Abatían todos los SU y carros diversos que enviaban los rusos pero cada vez quedaban menos y las esperanzas de rescatar a los cercados se desvanecían. Una gran compañía de T 34 entraron por el flanco derecho y comenzaron a castigar a los Panzer IV. Otra nuevo unidad de SU 122 hizo acto de presencia a través de un bosque. Fueron recibidos por el fuego alemán y sufrieron muchas pérdidas pero la réplica apoyada por los T 34 aplastó a toda la columna Panzer.

Los SU apoyados por los T 34 dan la réplica al fuego alemán. La columna Panzer acabó rompiendo

El avance alemán había sido detenido
El resto de los blindados de Tresaco intentaron forzar el paso que abría el camino hacia el pueblo, pero la aparición de los temidos KV acabó de convencer a los alemanes de que aquello era una misión imposible. La infantería de Jose castigaba a los soviéticos desde lo alto de la colina pero estaba sufriendo muchas bajas y al final su resistencia se quebró. El avance blindado alemán había sido desbaratado. Las pérdidas fueron notorias perdiendo a toda la infantería mecanizada, varios Panzer 3 y toda la columna de Panzer IV así como varios vehículos de reconomiento. Los vítores soviéticos retumbaron por todo el campo. Se podían oir en el pueblo.


La aparición de los KV acabó con cualquier esperanza alemana de romper el cerco. La guarnición alemana debía prepararse para el fin
Los alemanes habían aguantado tenazmente repeliendo todos los ataques. Pero aquel griterío que llegaba a sus oidos sólo podía significar una cosa. Tresaco ya no llegaría. Pedro se preparó para morir llevándose por delante a toda la escoria soviética posible. Aquella defensa pasaría a los anales de la historia. El jubilo contagió a los siberianos que con renovado ímpetu reempredieron el asalto. Pero los alemanes ya no tenían nada que perder y se lanzaron al cuerpo a cuerpo. Fue un encarnizado combate. La infanteria alemana, superada en numero, aguantaba y pasaba por las armas a más y más rusos. La alambrada ya no se veía y más atacantes llegaban. Cada ruso muerto era repuesto por dos mas, cada pérdida alemana era insustituible. Al final el flanco izquierdo alemán se rompió y los siberianos entraron en el pueblo.

Mas y mas rusos saltan las alambradas. Cada vez hay menos alemanes. El combate era encarnizado pero ¿Por cuanto tiempo podrían resistir los defensores contra la marea comunista?

El combate era encarnizado. Muchos rusos cayeron pero los alemanes no tenían refuerzos y las huestes de Stalin penetraron finalmente en el pueblo
Al otro extremo los blindados llegaron y pillaron por sorpresa a los asaltantes de la colina que fueron barridos por las ametralladoras de los blindados. Los pocos supervivientes del batallón penal habían sido rescatados. Los tanques barrieron los muros defensivos y violentaron las líneas de defensa alemana aplastando toda resistencia bajo sus orugas. Los pocos supervivientes eran rematados por el comisario y los cuatro renegados presidiarios que se lanzaron como locos a saquear los cuerpos de aquellos bravos alemanes. El resto de fuerzas que defendían el centro del pueblo fueron copadas y se rindieron.

Los blindados limpian de alemanes la calina y pasan a traves de los muros, los restos del batallón penal se lanzan sobre el pueblo. Se habían ganado su libertad. Había purgado sus crímenes vertiendo su sangre por la Madre Patria
23:59 Victoria soviética aplastante que no admite discusión! Los alemanes cercados se defendieron muy bien. Repeliendo, uno tras otro, los asaltos rusos. Pero las fuerzas de rescate no llegaron y al final su resistencia se quebró ante la moral de hierro de los comunistas. Pese a las bajas éstos jamás dejaron de creer en la victoria y al final tuvieron su recompensa. En líneas generales los alemanes lo hicieron casi todo bien excepto dos cosas. El despliegue en el pueblo, que dejó a merced de la avanzada rusa los valiosos cañones alemanes, fue un error que privó a los alemanes de un apoyo insustituible. El segundo gran error fue la falta de rapidez. Tresaco prefirió un avance seguro limpiando de enemigos el camino para evitar ser atacado por la retaguardia. Esa táctica hubiese sido correcta en cualquier otra misión, pero no en aquella. Se perdió un tiempo valioso que permitió la llegada de muchos blindados soviéticos. Aparecieron por todos lados. Su llegada hubiese sido ineficaz si los alemanes hubiesen avanzado más. Al final los KV cubriron la carretera y el avance fue imposible. Los rusos lo hicieron todo bien y por eso ganaran. Bueno por eso y por la excelente variedad de vodkas que el Alto Mando puso al servicio de aquellas huestes victoriosas. La celebración estaba bien merecida. La liberación de la Madre Patria era un hecho y Berlín cada vez estaba más cerca.

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