Reyes del Mare Nostrum

Os presento, en este informe de batalla, el devenir del enfrentamiento entre romanos y púnicos en aguas del Mediterráneo. La partida se llevó a cabo el domingo 6 de noviembre de 2011 en las Jornadas Alpha Ares. Se jugó con el reglamento Mare Nostrum del Club Landwerh de Málaga  elaborado por nuestro amigo Pablo al que ya estamos apretando para que nos haga la versión de Lepanto.

La flota de Agripa salió a interceptar una flota cartaginesa sembraba el caos en las rutas marítimas romanas. Al encontrar al enemigo, los hijos de Rómulo desplegaron en dos flotas que adoptaron una estrategia conservadora. El general quería observar el movimiento del enemigo. El almirante cartaginés iba precedido por su fama de hábil marino y dominador de la táctica militar. Varias flotas romanas habían sido derrotadas por éste terrible púnico.

Visión del escenario desde el lado romano

Despliegue púnico

Los cartagineses decidieron desplegar también en dos flotas que adoptarían una estrategia agresiva apostando por un movimiento rápido y envolvente para aplastar una de las dos formaciones romanas logrando así la victoria por superioridad numérica. Cuatro visitantes ajenos al club se pusieron a los mandos de las escuadras y dio comienzo la batalla.

Los púnicos de la flota oeste cambiaron a formación en columna y a gran velocidad se lanzaron a por la escuadra romana más alejada. La idea era llegar rápido y apoyar a la otra escuadra mientras los romanos se quedaban inmóviles observando. El general romano adivinó las intenciones y le lanzó a interceptar al enemigo.

Los cartagineses forman en columna y la primera flota romana se apresta a darles caza aprovechando la confusión

Mientras la segunda flota romana no mueve y espera la acción enemiga

Trozos de madera y algunos remeros saltaron por todos lados ante los impactos de la artillería romana. Las catapultas y escorpiones de los barcos pesados concentraron su fuego en el heptares insignia de los cartagineses provocándole 5 heridas y un daño crítico. El buque huyó pero logró reorganizarse. Aunque la primera flota debería gastar un turno para reorganizarse. Los romanos, tras un golpe de audacia, estaban a punto de aplastar a toda una escuadra púnica.

A pesar del fuego enemigo, los navíos de Cartago continuaron su avance tal y como estaba planeado. Respondiendo con su artillería y mandando a pique un trirreme romano. La reorganización fue mejor de lo esperado. Toda la escuadra avanzó dejando fuera de control un quinquerreme. Pero el peligro aún estaba presente. Ahora toda la retaguardia estaba a merced de los romanos. La siguiente iniciativa era crucial.

En los momentos determinantes la disciplina romana prevalece y lograron hacerse con la iniciativa pero incomprensiblemente, los buques de vanguardia se lanzaron a por el quinquerreme aislado dejando escapar el grueso de la primera escuadra. En esa absurda maniobra los romanos perdieron otro trirreme y toda la flota quedó desordenada. Ahora ya no podría dar caza a los púnicos que podrían atacar a la otra escuadra romana con toda su potencia.

La segunda flota romana no se movía de su posición mientras observaba como la flota que tenía en frente abandonaba su formación en columna y la encaraba por el flanco. Mientras la primera escuadra cartaginesa, que había escapado de Ágripa, la envolvía por el otro costado. El mando romano decidió tomar la iniciativa y abrirse paso a través de la segunda escuadra cartaginesa. La flota embistió y lanzó toda su artillería inflingiendo daños a dos cuadrirremes y hundiendo dos trirremes púnicos. Pero no logró abrir brecha y quedó trabada a merced de la embestida de la otra escuadra enemiga. Ágripa se dio cuenta tarde de su error, la segunda escuadra romana estaba pérdida. Lo único que podía hacer era lanzarse contra los barcos aislados cartagineses y aniquilarlos antes de que pudiesen organizarse. Los pecios y las islas les impidieron lograr su objetivo.

Las dos flotas cartaginesas realizan un ataque combinado contra la segunda flota romana mientras Agripa se queda de pesca en el otro lado

Cuando Agrigpa quiere reconducir la situación es demasiado tarde. Su error le ha hecho perder la partida

Mientras la primera flota cartaginesa y su buque insignia aplastaban el flanco de la escuadra romana destruyendo con el espolón tres buques pesados romanos e inflingiendo graves daños a la galera de mando. La artillería de la segunda flota púnica desbarató el otro flanco y los pocos trirremes supervivientes del Imperio fueron tomados, inesperadamente, al asalto. Aquel no era el día de la Legión.

La batalla se resolvió con victoria cartaginesa por 8 a 6 y durante un tiempo Cartago reinaría en el Mediterráneo.

El desastre romano

23:59 La partida fue chulísima. Los jugadores eran inexpertos y ambos cometieron algún error de movimiento. El romano no supo aprovechar el fallo de su oponente y se equivocó de orden desorganizando una flota entera para toda la partida mientras el cartaginés concentraba todo en un lado de la mesa y hacía trizas a la segunda escuadra romana. El general romano se quedó perplejo y exigió la revancha. Quizá en las próximas Jornadas.