Blas de Lezo el Medio Hombre |
Nada sabía sobre este personaje un mes atrás. Fue durante una conversación con mi amigo y compañero del Club Alpha Ares, José Gutiérrez cuando oí por primera vez el nombre de Blas de Lezo. Tan interesante me resultó el personaje que me puse a recopilar información sobre él, y tanto me ha impactado lo que he leído que encuentro injusto que nuestra propia historia se haya olvidado de uno de los más brillantes militares que han parido nuestras armas.
Así pues, me siento obligado a poner mi granito de arena y dar a conocer su historia de la que tantos compatriotas y enemigos han renegado. Abro con esta introducción una trilogía de post sobre éste marino vasco que tantos pesares ocasionó a los enemigos de la Corona de España (simplemente me gusta como suena).
Lezo, el Medio Hombre
Blas de Lezo y Olavarrieta nació en Pasajes (Guipúzcoa) el 3 de febrero de 16 89 en el seno de una familia de reconocidos marinos. Se educó en Francia y en 1701 embarca en marina francesa de guardiamarina –el más bajo rango de la Armada instaurado en 1717 para aquellos alumnos que se preparaban para ser oficiales de marina- con apenas 12 años. Luis XIV había ordenado que hubiese el mayor intercambio posible de oficiales entre los ejércitos y las escuadras de España y Francia (aliadas en aquella época).
Durante la Guerra de Sucesión participó en la batalla naval más importante del conflicto frente a las costas de Vélez (Málaga) el 24 de agosto de 17 04. Se batió con bravura hasta que una bala de cañón le destrozó la pierna izquierda. Por su conducta en el combate fue ascendido a Alférez de Bajel pero debió guardar reposo varios meses. En 1705 se le asigna la misión de aprovisionar la asediada Peñíscola. Elude el cerco inglés y logra abastecer la ciudad gobernada por un paisano, Sancho de Echeverría.
Se convierte en el azote de los ingleses en el Mediterráneo apresando muchos barcos británicos con ingeniosas maniobras y con un arrojo inusitado. En 1706 debe poner a prueba su ingenio para abastecer a los sitiados en Barcelona. Lo logra perfeccionando la táctica que llevó a cabo un año antes en Peñíscola. Utilizó balas incendiarias que prendieron los navíos británicos y puso a arder paja húmeda para crear una cortina de humo que ocultase su escuadra a los ojos del enemigo.
Demostrada su valía como militar valeroso y capaz se le asigna la defensa de la fortaleza de Santa Catalina de Tolón. En este combate una esquirla de cañón de hace perder un ojo quedando Lezo tuerto de por vida. Tras una breve convalecencia vuelve al mar. Es destinado al puerto de Rochefort donde es ascendido a Teniente de Guardacostas en 1707. En este periodo se curtirá aún más en escaramuzas navales contra Inglaterra y Holanda. En 1710 rinde diez barcos enemigos sin ayuda, el menor de ellos de 20 cañones. Sin duda toda una hazaña pero no la más sonada. Durante el mismo año entabla combate con el poderoso Stanhope, buque inglés de 70 cañones comandado por John Combs, y lo somete al asalto.
Captura del Stanhope |
En 1712 es ascendido a Capitán de Navío. El 11 de septiembre de 17 14 participa en el asedio de Barcelona al mando del Campanella (70 piezas). En la batalla es herido en el brazo derecho por un tiro de mosquete perdiendo casi toda la movilidad. A los 25 años Blas de Lezo era tuerto, manco y cojo por las heridas sufridas en sus numerosos combates. No es de extrañar que recibiese el apodo de Medio Hombre, pues se acercaba bastante a la realidad.
En 1715 rinde Mallorca sin disparar una sola vez y en 1720 es destinado, por primera vez, a las colonias americanas. Concretamente a una escuadra hispano francesa cuya misión era acabar con la piratería en las costas de Perú (los conocidos como Mares del Sur). En éste periodo puso en fuga al Success y al Speed Well, ambos de 70 cañones, al mando del pirata John Clipperton. Huyó a Asia y allí fue capturado y ejecutado.
Regresa a España en 1730, curtido en mil batallas, para ponerse al mando de la escuadra naval del Mediterráneo. Su primera misión es cobrar dos millones de pesos que los genoveses adeudaban a la Corona. El dinero estaba guardado en el Banco de San Jorge. Los genoveses no querían pagar pero Lezo, pragmático, dio un ultimátum. O pagaban o bombardearía la ciudad. Los genoveses accedieron a pagar lo debido pero además se les obligó a rendir homenaje a la bandera española. Con ese dinero se sufragaron los gastos de la expedición a Orán al frente de la que se puso al bravo marino.
Al frente de una escuadra de 54 buques y 30000 infantes rinde la ciudad en 1732 y repele la contraataque musulmán persiguiendo a la nave capitana de los sarracenos hasta la bahía de Mostagán, defendida por dos castillos y 4000 musulmanes. Lezo no se arredró, entro tras la nave capitana enemiga, la incendió e infringió graves daños a las defensas con su artillería. Tras esta gran victoria, Lezo patrulló por la zona impidiendo la llegada de refuerzos turcos hasta que se vio obligado a regresar a Cádiz por una epidemia.
En 1734 fue ascendido a teniente general de la Armada y regresó a América. En este periodo libraría su más afamada batalla en la conocida como Guerra de la oreja de Jenkins o Guerra del Asiento. La particular Invencible británica. Esta aplastante derrota fue silenciada y ocultada por el rey Jorge II y los historiadores. Pero de ella hablaremos en el segundo post dedicado a este brillante militar, pues merece la pena destacar aparte este episodio y como Lezo venció a una fuerza inglesa diez veces superior.
Tras éstos hechos cayó en desgracia debido al odio que le tenía el nuevo Virrey, Sebastián de Eslava. Contrajo la peste y murió en 1741 en la ruina y el olvido en Cartagena de Indias, aquella ciudad que fue testigo de la derrota más humillante infringida a la flota británica.
Al final de la trilogía de post que le dedicaré a este personaje pondré toda la bibliografía que he encontrado y todos los links a la información.
ResponderEliminarMuy interesante el artículo, Juan. Y el personaje se lo merece. La historia de Blas de Lezo es tan increible como desconocida por los españoles. Espero que los tres artículos que le vas a dedicar ayuden a que todos nos acerquemos a un heroe de España olvidado como tantos otros.
ResponderEliminarJuan, te espera una ardúa tarea, cuando acabes con Blas de Lezo deberás continuar con Alvaro de Bazan, Juan de Austria, Gonzálo Fernández de Córdoba, Guzmán el Bueno, el capitán Toni y tantos otros personajes de nuestra historia. Ya sabes que estamos en un país que olvida a sus héroes. ¿Quien no conoce a Nelson? ¿Pero quien conoce a Blas de Lezo, El capitán Toni y tantos otros? A todos ellos les debemos artículos como el que tú has escrito, amigo Juan. Gracias por ello.
José
Gracias Jose, los comentarios le animan a uno a seguir. Es lo que demuestra que a alguien le interesa lo que publicas jejeje
ResponderEliminarYa conocia la historia de este personaje. Pero no es tan olvidado. De hecho siempre habrá un navio de la Armada con su nombre al igual que con el nombre de Velasco. Otra cosa es que si hubiera nacido en otra nación ya le habrían hecho un par de películas.
ResponderEliminarTienes razón, cada vez es menos olvidado. Ya he publicado el segundo post sobre él. Y el último irá sobre su memoria, intentaré tenerlo hoy.
ResponderEliminarCon olvidado quería decir precisamente eso. Que con lo relevante que fue en su periodo, no se lo reconozcamos como si hacen en otras naciones.