Contendientes:
Fuerzas del orden (CSA): Viktor al frente de una brigada de Luisiana(Víctor Tresaco), Taki al frente
de los voluntarios de Kentucky(Eustaquio Ruíz), Juan Segura dirigiendo una
Brigada de Texas (Long John).
Sublevados (Yanquis): John Gregor (Joan) al frente de los Valientes de Boston, Josef (Jose) comandando
a los esclavos liberados del Sur, James Ribs (Jaume) dirigiendo dos Brigadas de
Neoyorquinos.
Árbitro (Se sospecha a sueldo de
la Unión): César
Se recomienda leer el informe disfrutando del audio... picad al enlace encima de estas letras... Si el de la bandera tan chula.
Nos despertamos
con los primeros rayos de sol, al amparo de la vegetación. Habíamos hecho noche
en un bosque de Luisiana para reponer fuerzas tres una dura marcha de varios
días. Elementos del ejército yanqui intentaban pasar municiones y viandas aprovechando
la cobertura del bosque. A nuestras fuerzas se nos había asignado la tarea de
tomar esos suministros, aplastar a las fuerzas del norte o impedir a cualquier
precio que esas vituallas llegasen a su destino.
Tanto el mayor
Taki, como yo (mayor Long John), estábamos seriamente preocupados por aquella
misión. Se le había dado el mando del ejército a un incapaz, Viktor, que tenía
familiares en las altas esferas pero cuyo talento militar era inexistente. A la
brigada de Taki, compuesta por el 1º regimiento de Kentucky y el 4,5 y 6 de
Richmond, se le había encargado avanzar con la mayor celeridad posible hacia el
enemigo. Parecía ser que una brigada de nordistas, los valientes de Boston, al
mando de John Gregor habían tomado posiciones en la colina de la izquierda del
claro por donde nuestras fuerzas iniciarían el ataque. Pese a su inmejorable
posición los exploradores habían notificado que dos de sus regimientos
esperaban en el llano en una posición expuesta susceptible de ser asaltada con
un rápido golpe de mano.
Al mayor Long
John y su brigada de aguerridos tejanos se les encomendó tomar la colina de la
derecha aniquilando, en la medida de lo posible, a aquellos sucios liberados
que ahora vestían de azul y se levantaban en armas contra los amos del Sur. Sir
Joseph, un inmigrante inglés que ahora dirigía a tropas nordistas de negros,
dominaba la posición con su artillería y 3 regimientos de infantería. Parecía
ser que había llegado hacía pocas horas y sus tropas no estaban
convenientemente desplegadas. Eso dejaba un carril expuesto en el centro de
ambas colinas que la brigada de Viktor, dotada de 4 regimientos completos,
debería explotar para apoyar el asalto confederado por los flancos. Era
prioritario ser rápido pues se habían recibido noticias de que dos poderosas
brigadas de la Unión se dirigían hacia la zona escoltando el convoy de
suministros que había que capturar. El laureado oficial James Ribs gestionaba
estas fuerzas de reserva, los Erradicadores y los Pérfidos, todos nuevos
americanos de Long Island (recién llegaditos de allende los mares), y dirigía
las posiciones avanzadas desde la retaguardia con un logrado sistema de
enlaces. El general Viktor dio la orden de avanzar en silencio aprovechando el
alba. Las tropas del gobierno legítimo de la Confederación se pusieron en
camino.
Las moscas y los
piojos estaban devorando a los Valientes de Boston en sus posiciones. El azul
de sus trajes ejerce un efecto sensual que atrae todo lo nocivo. Llevaban
varios días cubriendo la carretera con el objetivo de mantener abierto el paso
para la llegada de refuerzos y nuevas divisiones. Desde las alturas pudieron
divisar a la brigada de Josef que llegaba tarde y se apresuraba a cavar y
preparar posiciones fuertes en la loma vecina. Unos enlaces estaban prestos
para llevar mensajes y recibir órdenes del General Ribs, que ocupaba posiciones
cercanas en la retaguardia. Pese al ajetreado movimiento en la loma vecina todo
estaba extrañamente tranquilo. Un toque de corneta desvió la atención de John
Gregor y le hizo fijarse en el linde del bosque opuesto. De repente, una marea
de sudistas se lanzó gritando y aullando cual jauría de lobos sedienta de
sangre. John Gregor no esperaba ese ataque y mandó a sus enlaces a informar al
alto mando. También comenzó a dar instrucciones para que informasen a la
Brigada Josef…. Pero con sus prismáticos vio que éstos habían incrementado el
ritmo de trabajo y dio por sentado que ya habían visto al enemigo.
-¡Todos los hombres a sus posiciones!- Y saltó a una trinchera avanzada instando
a los hombres a combatir.
La batalla
Las fuerzas
confederadas avanzaron con gran velocidad y determinación como una marea
imparable con la intención de estar el mínimo tiempo posible al descubierto. La
Brigada del mayor Long John se lanzó en columna de marcha con sus dos
regimientos de choque, Los Texas Cracks, y los Texas Cowboys, mientras el
regimiento de los Texas Red Cups avanzaba en línea proporcionando fuego de
cobertura y batiendo las posiciones de los perros traidores del norte. La
artillería se posicionó al linde del bosque para comenzar a castigar a los
defensores de la colina.
Perspectiva aérea del avance confederado sobre las posiciones de los pseudo humanos de La Unión |
La Brigada del
mayor Taki hizo lo propio en el otro flanco y avanzó en columna hacía los
regimientos nordistas en campo abierto. El general Viktor, en un alarde de
valor inesperado, avanzó frontalmente, con gran criterio (que le den el mismo
desayuno todos los días) para dar apoyo
con sus grandes fuerzas al asalto de ambas montañas y mandar refuerzos donde
fuese necesario. Su artillería se colocó junto a la de Long John y envió a un
regimiento de milicia de Luisiana a apoyar el asalto a la colina del flanco
derecho.
Los cañones
sudistas comenzaron a rugir dejando muy tocado a uno de los regimientos
nordistas de la brigada Josef. Éstos hombres estaban muy expuestos pero
controlaban la carretera y era prioritario aniquilarlos para que las fuerzas
que atacaban por el centro pudieran dividirse rápidamente llegado el momento.
En el flanco de Taki la artillería no causó daños significativos, pero si
algunas bajas.
Plano General de la ofensiva de la CSA. Los nordistas sufren bajas de artillería y ya tienen a los asaltantes encima |
En el flanco
derecho de Josef los hombres se desmoralizaban. El avance del Sur era
incontenible, los artilleros nordistas no atinaban a matar a nada y los
curtidos confederados, con unas pintas que daban miedo, estaban cada vez más
cerca. Las expuestas posiciones de sus hombres empezaban a llenarse de
cadáveres y comenzaban a caer las primeras víctimas cobradas por la fusilería sudista.
Las posiciones de
John Gregor aguantaban mejor. Sus hombres estaban bien atrincherados y los
regimientos estaban bastante frescos. Un enlace saltó del caballo se dirigió
con celeridad a las posiciones de mando con órdenes del General Ribs.
“Deben abandonar
las posiciones fuertes en las colinas de manera ordenada y retroceder hasta los
bosques, allí deberán contener al enemigo y esperar a los refuerzos. Es
prioritario juntar nuestras líneas. Mis reservas están muy cerca y juntos
aplastaremos al enemigo. John Gregor dejará un regimiento de Boston en campo abierto
para evitar un flanqueo”
John Gregor
preguntó al enlace:
-
Josef
está al corriente de la maniobra?
-
Sí
señor, otro enlace le debe haber transmitido ya las mismas órdenes.
-
Teniente!
Dé orden de retirada.
Josef no daba
crédito a lo que leía:
-
Esta orden
es absurda! No podemos darles a esos sucios rebeldes las colinas. Nos
acribillarán desde arriba! Me niego a obedecer la orden, mis negros mantendrán
la colina y se harán merecedores de las alabanzas de La Unión.
-
Como
quiera señor, pero le advierto que estará sólo!- El enlace montó en su caballo
y se lanzó al galope colina abajo.
Los cañones del Sur siguieron machacando las posiciones nordistas en el
flanco derecho. El regimiento yanqui que protegía la carretera quedó aniquilado
y los pocos hombres que quedaron vivos se retiraron en desbandada hacia los
bosques. Los regimientos nordistas
restantes habían formado una doble línea al pie de la colina y en su cresta.
Desde allí batieron el avance del sur y se cobraron las primeras bajas
confederadas. Los regimientos de Long John formaron línea y lanzaron dos
descargas letales de fusilería contra las posiciones nordistas al pie de la
colina antes de lanzarse aullando colina arriba.
-Esos malditos negros traidores! Aniquiladlos a todos! Al ataque caballeros
del Sur, por Dixie!- Long John disparó con su revólver al aire y todas las
filas de confederados se lanzaron colina arriba. Los artilleros del norte
lanzaron una mortal carga de metralla sobre los Texas Cracks y la unidad, con
una gran cantidad de bajas, se retiró a posiciones seguras para volver a pelear
otro día no sin antes silenciar la artillería nordista con el apoyo de los
milicianos de Luisiana que apoyaban la ofensiva. La retirada no amedrentó a los
otros dos regimientos de la Brigada tejana que siguieron con su avance dando
cuenta de otro regimiento nordista y obligando a los de la Cresta a retroceder.
El 1º regimiento de Luisiana también alcanzó la Cresta en el momento justo
aniquilando a los pocos artilleros que aún daban guerra y cogiendo de flanco a
los esclavos liberados que se retiraban infligiendo gran cantidad de amor,
digo, graves bajas dejando a toda la Brigada de Josef prácticamente
exterminada. Josef, que minutos antes lanzaba arengas de no pasarán! Huía ahora
derrotado colina abajo y con el rabo entre las piernas. La colina del flanco
derecho había sido tomada por las gloriosas fuerzas de la Confederación y la
purria nordista corría ahora como perrillas asustadas colina abajo. Long John
estableció posiciones defensivas situando su artillería en la colina y a sus
dos regimientos tejanos en la Cresta, mientras ponía a los de Luisiana al pie
de la colina para dar apoyo al asalto central de sus camaradas y de paso montar
una primera línea de escaramuza para contener a las reservas nordistas cuyos
tambores ya retumbaban en el interior de los bosques.
El general Viktor recibió noticias de la toma con éxito de la colina del
flanco derecho y envalentonó al resto de sus hombres de Luisiana para lanzarse
al asalto de la segunda loma cuyos defensores habían dejado desguarnecida. Sin
oposición, la segunda colina fue tomada y los regimientos confederados de Luisiana
formaron una doble línea en la Cresta y al pie de las colinas, en el linde del
bosque. Fueron recibidos con fuego de fusilería. Los yanquis de Boston les
estaban esperando, pero no lograron bajas significativas y las posiciones sudistas
fueron reforzadas con artillería. Se produjo un intercambio de fuego que causó
bajas en ambas formaciones. Un último regimiento de Viktor se situó en
formación de asalto en la carretera para cargar contra un debilitado regimiento
de infantería nordista que era lo único que separaba a los confederados de los
suministros de la Unión.
John Gregor y sus valientes de Boston aguantaban como jabatos manteniendo
una retirada ordenada y repeliendo constantemente las cargas de los muchachos
de Kentucky dirigidos por Taki. Los hombres del primer regimiento de Boston
estaban agotados y comenzaban a estar en una situación crítica. Pero la moral
era elevada. Habían repelido una carga sudista y puesto en fuga un regimiento
rebelde, (chusma de Richmond). Pero estaban solos. El resto de la brigada
estaba trabada con los regimientos de Viktor, que los hostigaban desde la
colina. Pero aun así, John Gregor y sus valientes de Boston resistían.
Los enlaces informaron de la situación al general Ribs. Rápidamente envió a
los Erradicadores de Washington a reforzar las maltrechas posiciones de los
Valientes de Boston. Con los últimos enlaces llegaba Josef y los remanentes de
su maltrecha brigada de negros huyendo en desbandada hostigados por grupos
avanzados de la Brigada Texas del mayor Long John.
-“Qué ha sido de su Brigada! Por qué desobedeció una orden directa! Apremió
el general Ribs a su subordinado.
-“ Consideré un error abandonar una posición tan ventajosa y decidí
resistir” respondió Josef. “General, me han dejado sólo”
-“Usted no tiene rango para pensar por su cuenta, ni para contradecir una
orden directa. Cuando acabe todo esto, usted y yo tendremos unas palabritas y
suerte que no lo mando fusilar aquí mismo. Ha quemado usted una brigada entera
por puro capricho. Debemos mantener a raya a esos perros rebeldes, le dejo al
mando de una nueva brigada, los Pérfidos de Long Island, para que arreglé el
desaguisado que ha provocado. Tapone esa brecha sino nuestra línea se
derrumbará y seremos flanqueados por la chusma tejana. Corra!” Apremió el
General Ribs mientras lanzaba una mirada asesina a su subordinado.
Josef dio instrucciones a sus nuevos hombres y avanzaron a intentar retomar
la colina. Pero el mando nordista mostró un completo desconocimiento en el arte
de la maniobra (sólo son expertos en el arte de la mentira y en difamar a los
verdaderos representantes del Gobierno legítimo de los Estados Unidos) y pronto la situación degeneró en un completo
caos en el flanco izquierdo nordista. Sucios esclavos y liberados traidores que
se retiraban, se mezclaban con los regimientos de refresco. Había tropas de
varios regimientos revueltas entre sí incapaces de formar una línea. La presión
que ejercían los cañonazos sudistas y las certeras ráfagas de fusilería no
ayudaban a Josef a enderezar la situación. Los valerosos soldados de la
Confederación, desde excelentes posiciones, comenzaron a sembrar el campo de
morralla nordista.
El 1 regimiento de los valientes de Boston fue, por fin, deshecho por la
brigada de Taki, pero con graves pérdidas por parte de éste. Muchos patriotas y
gente de bien perecieron en ese flanco y no volverían a disfrutar ya de sus
plantaciones de algodón. Estaba claro que la Unión era la encarnación del mal y
que era el deber de los hombres de bien defender el excelente sistema actual en
el que cada uno tenía claro su lugar. Finalmente la superioridad numérica de
las tropas de Richmond y la determinación de los aguerridos veteranos de
Kentucky acabaron con la resistencia, sólo para toparse con un nuevo regimiento
de los Valientes de Boston, que esperaba tras la primera línea apoyado por
artillería. La llegada al frente de Ribs y sus erradicadores permitieron a John
Gregor destrabar a su único regimiento vivo del combate central y usarlo para
reforzar la maltrecha situación del flanco derecho.
Taki penetra.... esto deshace por fin a los Valientes de Boston y gana el flanco derecho... las cosas se ponen mal para el sur. Sólo la llegada de la noche los salva del desastre. |
El mayor Taki, pistola en mano, y a pesar de las bajas sufridas. Demostró
la valía y el honor de un caballero del Sur. Fue un claro ejemplo de las nobles
diferencias que separan a un hombre de la Confederación de la sucia basura
nordista. El Sur le rendirá honores. Los hombres de Taki aprovechando que ya
caía la noche, lanzaron una nueva carga heroica contra las posiciones de John
Gregor. La artillería no pudo repeler el asalto y los Valientes de Boston
debieron retroceder ante el empuje confederado.
En el centro, Viktor y Ribs intercambiaban fuego sin resultados
destacables. Y en el flanco izquierdo, la caída de la noche alivió un poco la
situación de Josef. Las tropas nordistas al otro lado del bosque no comerían
caliente aquel día. Los suministros no traspasarían las defensas férreas de los
auténticos norteamericanos, los valerosos hombres de la Confederación. Pese a
que las bajas crecían en los dos bandos, el General Ribs vio que el campo estaba
perdido y que una continuación del combate sólo beneficiaba al enemigo. Las
fuerzas nordistas estaban muy dispersas dada la necesidad de apoyar el
maltrecho centro, reforzar a John Gregor y apuntalar el agujero del flanco
derecho. Sólo un regimiento de unionistas separaban a los frescos regimientos
de Viktor, el 2 y el 3 de Luisiana, del convoy de suministros. La posición era
insostenible y tan escasas fuerzas serían incapaces de repeler un decidido
envite rebelde.
Al amparo de la noche, Ribs dio orden de retirada, los nordistas
retrocedieron cabizbajos, tristes y en silencio. Sabían que no era el fin de la
guerra pero habían comprobado de que pasta estaban hechos los valeros hombres
del Sur. Ganar no sería fácil. Era momento de tomar una taza de café caliente y
asignar los remplazos. Los supervivientes de la brigada de John Gregor se
unieron al grueso de la columna. El silencio sólo era roto por las voces de los
enemigos que desde las lomas entonaban el Dixie entorno a las hogueras y al
abrigo de la noche. El Sur prevalecerá. Victoria del Orden. Los suministros no
pasaron… no habría pan para los malvados.
Fase de refuerzos
Filas y filas de entusiasmados jóvenes de la Confederación se agolpaban en
la retaguardia ansiosos de entrar en combate e integrarse en una de las tres
heroicas brigadas de primera fila. Ante tal cantidad de refuerzos, las pérdidas
entre los hombres del sur fueron cubiertas casi al 100 por 100. Las tropas
estaban dispuestas para seguir infligiendo dolor a la chusma libertaria y
rebelde del Norte.
La Unión también recibió refuerzos. Las brigadas del general Ribs, las
menos castigadas, recuperaron casi el 100 por 100 de su capacidad combativa.
Debido al valor mostrado por los Valientes de Boston, muchos de los remplazos
fueron asignados al mando de John Gregor para cubrir en la medida de lo posible
las muchas bajas sufridas. A Josef le tocó bailar con la más fea y no quedaron
muchos refuerzos con los que remplazar a los caídos por lo que su brigada quedó
muy tocada a un 40 por ciento de su poder combativo. A partir de ese día, la
cota que Josef defendía recibió el nombre de La cota Mc donalds, por la
cantidad de carne picada que dejó tras de sí el glorioso avance del ejército
del Sur.
Balances
Héroes de la jornada: Los tejanos de Long
John, la flor y nata de Richmond de Taki
General de la jornada: Viktor al mando de
la brigada Luisiana. Con sorpresa para todos lo hizo excelentemente bien y con
gran criterio. Dada su incapacidad fue todo un logro y se merece el
reconocimiento como general de la jornada.
El tapado: John Gregor y sus valientes de
Boston, que con su encarnizada resistencia evitaron una derrota mayor.
El incomprendido: Josef, que acabó
indignado porque le dejaron sólo. Suerte que tuvo que no le mandaron fusilar
por desobedecer una orden directa.
El desastre del día: Josef. Toda su
partida fue un despropósito (aunque su decisión de mantener su posición tenía
sentido no siguió el plan general), recibió toñas por todos sitios perdiendo
una brigada bajo su mando y mal dirigiendo otra a la que solo salvo la caída de
la noche…. Tranquilo Jose, no era tu día….es una campaña larga… otro día te
podrás desquitar… no es nada personal XD